Luis Román

I

Hoy la ofrenda de día de muertos, no es la misma sin Juan. El ha sido el encargado de arreglar y confeccionar la ofrenda desde hace más de 40 años. Se extraña su toque artesanal.
Juan tiene gran respeto hacia los muertos. Cuando aniversario luctuoso o cumpleaños de mi madre, mi padre o mi hermano Enrique compra veladoras y escribe para ellos. Al poner la ofrenda no escatima para flores, veladoras, pulque, refrescos, cerveza, mole. Y prende incienso y copal. Respeta a los muertos.
II
Juan entró por segunda vez al quirófano este viernes 1º. De noviembre. En de ocho días regreso al quirófano. Con un infarto a cuestas. Los médicos fueron tajantes “Cirugía de Alto riesgo”.
Es increíble como su salud se ha desmoronado en menos de 15 días. El hombre fuerte, sano y terco que fue durante la gran parte de su vida. Hoy ya no existe. Esta luchando por la muerte. Es necio, Su pulmón derecho está segregando líquido, se descarta cáncer.
En la primera cirugía, se limpio el pulmón. Parecía un éxito. Pero hay fuga de gas y se inflamó cara, rostro y pecho de manera grotesca. Los médicos de nuevo lo llevan a cirugía.
Crece el miedo, la incertidumbre. Hay miedo, temor, cuando se esta en la Unidad de Terapia Intensiva, se esta con un pie fuera del mundo, y con otro dentro del mundo. Así.
Nadie de nosotros se ha atrevido a expresar ¿ Qué pasa si la cirugía fracasa? Un fantasma recorre nuestros silencios. Nadie menciona o piensa en la muerte. Mejor ni mencionarla.
Surge el espíritu de la religión, es mejor y más sano, pensar que Dios lo puede todo. Un ser supremo que esta por encima de nosotros.
Juan salió del quirófano  a las 13 PM en estado crítico. Ha sobrevivido a la anestesia, su corazón resistió. Es un milagro
III
Hoy los niños del barrio salen a las calles disfrazados a pedir dulces. Reyna como cada año. Se vestirá de brujita y salgo con ella. Primero a la colonia malinche y luego al barrio.
¡Dios Mío! La vida esta  llena de claro oscuros. Tenemos que pedir que estas 48 horas pasen rápido y que Juan se recupere sin problemas. Y por otro, salir a caminar entre el griterío de los niños, alegres, despreocupados, pidiendo dulces.
Vivo entre dos mundos: el de la alegría y la tristeza, la vida y la muerte. Pensé que los años amargos de zozobra ya habían terminado. Me engañé.
Los médicos dijeron, se ha hecho lo humanamente posible. Ya no depende de ellos. Sino de su cuerpo. Simplemente sus excesos de alcohol, sus malpasadas, y descuidos le están pasando la factura.
Y todo lo que padeciendo hoy mi hermano, es consecuencia de todo ese universo de anomalías. Los médicos son fríos.




IV
Jorge esta nervioso y es escéptico, de regreso de andar en las calles, en el jardín viendo a Reyna feliz. Me marca al celular y dice “ Hay que esperar todo hermano”.
Gloria, Francisco y Néstor son más optimistas. Existen milagros. No sabemos cómo salga del hospital. Lo importante es que viva. Que salga como sea, pero que salga.
Ya hemos perdido un hermano, Enrique y no queremos perder otro. En el entorno familiar y de conocidos hay quienes vaticinan escenarios caóticos y otros alzan plegarias..
Es sábado 2 de noviembre, pensaba ir al Jardín San Fernando, al tianguis de libros o ir en la noche al desfile de calaveras. Todo se cancela. Hare guardia toda la noche en el hospital.
Juan sigue luchando por vivir, son las 10 de la noche y entró a verlo. Esta sedado. Conectado a las mangueras de suero, le habló. Le leo el salmo 23 que tanto le gusta. Abre los ojos, se inquieta. Pero vuelve a dormir.
Juan es un creyente, se que se esta pensando en Dios, en la Virgen de Guadalupe, en mi madre. Juan vive esta noche de día de muertos pensando en sus muertos que tanto respeto.
La noche es larga y fría. Cierro los ojos. Y escucho el llanto de una mujer a quien le acaban de informar que su paciente ha caído en paro cardiaco.

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