Por. Luis Román



“Por cada pecado que cometiese
Una mancha vendrá
A empañar y destrozar
Su hermosura.
El retrato sería el emblema
Visible de su conciencia”

Dorian Gray
I

Desde tiempos remotos, está en el alma humana el temor a envejecer. En la mitología griega, Titano, un joven de una belleza exuberante se enamoró de la diosa Eos, y ésta le pidió a Zeus la inmortalidad para su amado. Dicho deseo fue concedido.
Pero a la diosa, se le olvido pedir la eterna juventud, de modo que Titano, envejeció y no murió ni moriría. Con el tiempo se convirtió en un grillo y ella cada mañana vertía lágrimas que el bebía, y en su canto, pide a los dioses su muerte (Homero, La Odisea, Ed. Porrúa, México, p. 56).
Pasando por la celebre historia del Doctor Fausto, que siendo un anciano que se dedicó al estudio y adquiriendo una sabiduría impresionante. Se enamora de Margarita, una joven de 16 años. Fausto se enamora de ella y es rechazado por la joven, por lo cual, éste pide al demonio darle su alma a cambio de que le devuelva de nuevo la juventud.
Así sucede, Fausto, es joven y cuando logra seducir a Margarita y vivir con ella, Mefistófeles, le arrebata la vida. (Goethe, Fausto, Ed. Porrúa, México, p. 78)
Seguramente en cada país existe una historia similar. Como dijo Buda, el apego a la juventud es un sentimiento que atormenta y nos hace sufrir y ser infelices.
II
Oscar Wilde, un escritor irlandés que alcanzó la fama, los aplausos y la admiración de toda Inglaterra. Fue como hombre, un ser engreído, vanidoso, presumido y se sabía poseedor del don de la buena escritura a través de su pluma.
“Desperté la imaginación de mi siglo, resumí en una frase todos los sistemas filosóficos y toda la vida en mis historias” (De Profundis, Ed. Cámara de Diputados, 2020, p. 40).
Dramaturgo, cuentista, ensayista, Wilde es representante del llamado ‘Esteticismo”. Es decir, encabezó un movimiento literario que buscaba la perfección estética de la palabra.
Su lenguaje es refinado, fino, transparente, tan es así que fue admirado y reconocido en vida por Víctor Hugo, Emerson, Whitman y Poe.
Se adentró en los laberintos de la novela por encargo de la revista Lippscots Magazine y escribió en 1890 “El Retrato de Dorian Gray”
La obra no refleja el trabajo por encargo que en ocasiones se nota en una obra con un lenguaje corto y sencillo. Todo lo contrario, un dramaturgo incursionando de novelista. Sus diálogos son cortos, precisos y sus acciones certeras.
Pese a ello, el “Retrato de Dorian Gray” fue mal recibida en su momento, la consideración inmoral, cínica y carente de sentido.
La trama es sencilla, pero profundamente humano. El pintor Basil Hollward, ha retratado a un joven apuesto, bien parecido, llamado Dorian Gray y su amigo Lord Henry lo alaba por tan perfecto cuadro y pregunta si existe en realidad ese hombre que sirvió de modelo.
Un buen día, se encuentran al joven modelo en el teatro, y le comentan lo bello que es y éste dice “Si yo permaneciera joven y el retrato envejeciera, si esto pasara le vendería mi alma al diablo” (Dorian Gray, Ed. Porrúa, México, p. 45).

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