Por. Luis Román

“El gran mérito
De un General
Es que jamás el
Enemigo
Pueda vislumbrar
Sus futuros
Movimientos…”
Augusto Pinochet
I
Desde el 4 de septiembre de 1970, cuando el Médico Salvador Allende ascendió al Poder de la Presidencia de Chile. Su destino político y personal, estaban marcados con letras de traición y de muerte.
USA no iba a permitir que un país latinoamericano implementara por la vía pacífica el socialismo. En 1959 Cuba hizo una revolución y en 1962 desafío el poder del imperio al aliarse con la URSS.
Era el tiempo de la guerra fría, en todo el continente, existían dictaduras militares, basadas en la represión y persecución de la ideología marxista. La excepción era México.
El gobierno socialista de Allende llevó a cabo reformas importantes: expropió el salitre, los bancos, la minería. La planificación era su guía. Busco amigos en Cuba y la URSS. Fidel Castro envió al país de Neruda, médicos, profesores y hasta le ayudo a instalar un sistema de seguridad política.
Las empresas transnacionales y nacionales afectadas con las medidas de Allende, encontraron eco en USA. La distribución de alimentos, de refacciones para la industria, fertilizantes y un embargo comercial. Pronto ahogó el proyecto socialista de Allende.
Fueron tres años de lucha, de entrega. El pueblo chileno, soportó la escasez de alimentos, de energía eléctrica, de paros laborales. Sin embargo, la traición vendría del propio ejército.
Allende lo sabía y los cubanos se lo habían hecho notar, era cuestión de días, la traición. El presidente, decidió 4 días antes, cambiar al jefe de ejército chileno y en su lugar nombró a un coronel del ejército, discreto, callado, leal, anticomunista, y lector de todo lo que le caía en las manos. Ese hombre era Augusto Pinochet Ugarte.
“Cuatro días antes del golpe militar – el 8 de septiembre – Allende designó como jefe del Ejército a Pinochet, su personalidad no era la de un posible traidor” (Sherer, Julio. Pinochet: Vivir Matando, Ed. Aguilar, 2002, p. 32).
Salvador Allende sustituyó al General Prats, y le dijo a Pinochet “Usted es el hombre indicado para ser jefe del Ejército” (ibid. p. 43)
El más sorprendido de esta designación fue Pinochet, quien años más tarde escribió en sus memorias “Muchas veces he pensado que yo fui designado por Allende como comandante en jefe, porque creyó que me iba a manejar con su juego de embustes y halagos” (Pinochet, Memorias, Ed. Andrés Bello, 2006, p. 45).
Pinochet antes del golpe de Estado era un hombre callado, solitario, intrascendente. Después de la traición el hombre cambio. Se convirtió en un hombre hablador, iracundo, controlador, anticomunista. “Antes del 11 de septiembre Pinochet era bonachón, cordial, tolerante de ideas contrarias, después se convirtió en un hombre desconfiado, amenazante, duro e inflexible” (Sherer, Ibid. p. 92).





II
USA logró el consenso de la Junta Militar encabezada por Augusto Pinochet Ugarte, para que el 11 de septiembre de 1973. Se diera un golpe de Estado en contra del presidente Salvador Allende.
Entre los bombardeos de la fuerza área y los disparos de las tanquetas y soldados, el Palacio de la Moneda – Casa Presidencial – El presidente Allende resistió, nunca se rindió y ante este escenario de violencia, logró emitir un gran discurso histórico que hoy son un gran testimonio de valor y coraje.
“Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción.” (UNAM, Allende: Prócer de América, Ed. UNAM, 1980, p.67).
El Ejército a las órdenes de Pinochet y respaldado por USA le pedían su renuncia. Esto era humillar a un hombre íntegro como Allende.
“Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente…” (Ibid. 68)
Efectivamente la dictadura de la Junta Militar Chilena fue una de las crueles e ignorantes que ha conocido la historia reciente. Con todo el apoyo de USA y las empresas transnacionales. Chile fue el laboratorio del Fondo Monetario Internacional y de su economista Milton Friedman. El neoliberalismo se plantó en ese gran país. Y las sombras de la brutalidad ahogaron a Chile en la penumbra de la brutalidad.
III
La versión oficial del 11 de septiembre de 1973, señala que Allende se suicidó, se disparó una ráfaga de tiros de una ametralladora que él tenía en ese momento. Nuevas investigaciones dicen que el ejército lo ejecutó.
Ya en el poder, Pinochet acuñó un discurso político, donde todos eran buenos o malos. Leales y traidores, conservadores y liberales. Él y el ejército habían acabado con el espectro el socialismo.
“El comunismo es como un fantasma, cuesta mucho trabajo domarlo. En Chile no habrá elecciones mientras yo viva, ni durante la vida o mandato de mi sucesor” (Sherer, Ibid. 57), había advertido a todos sus compatriotas.
Pinochet pronto adquirió la personalidad del dictador latinoamericano al declarar “No se mueve una hoja de un árbol, sin que yo lo sepa” (Ibid. 67).
Los días posteriores al golpe de Estado fue una pesadilla: violaciones, detenciones arbitrarias, asesinatos clandestinos.
La prensa internacional preguntó al dictador quien respondió “No soy despiadado con nadie, todo lo contrario, cuando puedo ayudar a alguien, lo ayudo” (Ibid. 68).
El dictador no era un ignorante, todo lo contrario, era un hombre cultivado, su biblioteca personal se componía de 30 mil volúmenes “A las 10 de la noche estoy ya en casa, y leo filosofía, historia, política, me gusta leer la biblia, leo por lo menos 20 minutos todas las noches”( Ibid. p.62)
Se consideraba un buen esposo, padre y abuelo “He tenido todo lo que un hombre puede desear en la vida. Una familia linda, una mujer a la que quiero, y unos hijos cariñosos, 17 nietos traviesos. Soy desprendido, el dinero no me interesa. Sólo vivo para que Chile cambie y sea mejor, lejos de las ideas comunistas. Por eso se han prohibido todos los libros marxistas, esas ideas extrañas hacen mucho daño a los seres ignorantes” (Ibid. p. 127).
También los traidores hablan y piensan. Pinochet fue a final de cuentas un traidor a su patria, al presidente y se dejó comprar por USA. Es una página negra en la historia de América Latina.

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