Luis Román

2 Parte



“El vicio es algo
que el hombre lleva
en su rostro.
nada lo puede ocultar.
el vicio se delata en
la mirada, en la caída de
párpados, en la boca,
en las manos…”
Oscar Wilde


I

Oscar Wilde enfrento tres procesos donde se le acuso de ‘llevar a cabo actos indebidos a la buena moral, y sodomitas’; que la ley castigaba severamente. Fueron llamados a atestiguar no sólo amigos de farra del escritor, sino incluso tres de los jóvenes que vendían sus favores sexuales al escritor.
El fiscal le preguntó a Wilde si había era aficionado a besar a cualquier joven vagabundo, a lo que el dramaturgo respondió con cierta ironía “Si el joven es extremadamente feo, no lo haría” (Ibid. p. 43)
El padre de su amante atestiguó que entre su vástago y Wilde había algo más que simple amistad “Con mis propios ojos he visto a los dos en abominables y desagradables tratos. nunca en mi vida he visto tan vulgar espectáculo” (ibid. p. 44)
El fiscal fue más allá “Probaré que el señor Wilde, llevaba y pagaba los favores sexuales de jóvenes necesitados al hotel Savoy” (Ibid. 46)
Taylor, el amigo de Wilde que era realmente quien contactaba a los jóvenes con Wilde, fue delatado por uno de ellos al declarar “Taylor nos dijo que había un hombre con dinero que nos deseaba conocer y pagar bien si accedíamos a sus deseos” (Ibid. p.9)
El testigo de nombre Parker fue quien hundió al afamado escritor “Wilde me vio la primera vez al llegar al salón del hotel Savoy, y de inmediato exclamó ¡Este muchacho es para mí! y me pidió ir a su dormitorio. Allí, cometió un acto de sodomía, al terminar me pago dos libras, pidiéndome que regresara días después.
Wilde me pedía que me vistiera de mujer, que me imaginara que yo era una dama y él mi amante. Tenía que darle esa ilusión. Me sentaba en sus piernas, se divertía conmigo como si yo fuera una mujer” (Ibid. p. 69)
El fiscal arremetió contra el genio y sus vicios:
– ¿El señor Wilde cometió actos de sodomía contra usted Parker?
– Sí
– ¿El señor Wilde tenía muchos hombres a su servicio?
– Si, en el salón del hotel Savoy había muchos jóvenes, era una habitación que parecía una biblioteca, había muchos libros. Allí entre libros cometía actos inmorales el señor Wilde. en el salón había siempre ropa de mujer, pelucas, zapatillas, medias. Y eran jóvenes de 16 a 20 años de edad” ( Ibid. p. 70)



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