Escritor Luis Román

“No quiero olvidar
Cómo es el
Cuerpo de una mujer…”
Carlos Fuentes.
I

Carlos Pizarro sube a la montaña con ideales, ha sido formado en colegios católicos. Sus padres lo han educado con valores. Aprende de los campesinos pobres.
Colombia es un país desigual, donde los terratenientes se oponen a cualquier intento de reforma agraria. Y por otro lado, la siembra y cultivo de coca está floreciendo.
Junto a Carlos, lo acompañan sus hermanos. Poco a poco van organizando el movimiento M – 19 (Movimiento 19 de abril), se rumora que el movimiento ha recibido dinero del narcotráfico. Especialmente de Pablo Escobar.
El miércoles 6 de noviembre de 1985, el centro de Bogotá se enmudeció tras el estruendo de varios disparos, si bien, las fiestas navideñas se acercaban, era difícil asociar este sonido con algún tipo de juego pirotécnico. El Palacio de Justicia era el escenario en donde posteriormente se libraría una batalla a sangre y fuego, marcando así, un hito para la historia nacional.
En 1985, Colombia fue testigo del recrudecimiento de la violencia, pues el grupo guerrillero M-19 tomaba cada vez más fuerza y buscaba demostrar su poderío, en varias zonas del país. Atentados, tomas, hostigamientos y demás, se convertían en el pan de cada día de los ciudadanos, no obstante, nunca se pensó que esto fuese a escalar a un nivel mayor, nadie imaginó que la violencia se podía trasladar al centro de Bogotá, a plena Plaza de Bolívar.
Entre las peticiones del M – 19 estaba que el presidente Belisario Betancourt se sentara a dialogar con ellos. En realidad. Los expedientes judiciales que inculpaban a Pablo Escobar para ser extraditado, fueron quemados.
Los ideales quedaban a un lado. La guerrilla colombiana no podía desprenderse del narcotráfico.

II
el M-19 tomó la decisión de dejar las armas en mayo de 1989. La voluntad de paz de los integrantes de la organización se evidenció en la instalación de los campamentos de paz en diferentes ciudades del país, en aras de un Plan Nacional de Diálogo y en las futuras conversaciones que le dieron vía libre a la dejación de armas. Esta decisión fue producto del agotamiento político-militar del movimiento, pues hasta 1988 se mantuvo la presión armada, como las continuas tomas de poblaciones en el área rural, la Toma del Palacio de Justicia en 1985, la constitución del Batallón América y los secuestros de presión política. No obstante, estas operaciones fueron evidenciando un progresivo desgaste de los métodos de guerra acogidos por el M-19.
La meta insurreccional se presentó como una ilusión lejana a la realidad de la organización insurgente, por lo que sus integrantes decidieron optar por el proceso de paz, a pesar de que ya había fracasado un primer intento durante el gobierno de Belisario Betancur. Esta vez, en el mandato de Virgilio Barco, el M-19 le volvió a apostar a la paz y en enero de 1989 tuvo lugar la primera reunión en el departamento del Cauca con el consejero Presidencial Rafael Pardo. De ese encuentro, se preservan algunas imágenes que nos muestran los deseos de paz de la organización, expresados en las palabras de su comandante general, Carlos Pizarro.
Así Pizarro se lanza como candidato a la presidencia de Colombia en 1990. Sin embargo, tiene muchos enemigos: El propio gobierno colombiano, la élite del ejército y los finqueros, así como los narcotraficantes que fueron durante un tiempo sus aliados.
Pese a la vigilancia permanente de 15 guardaespaldas. Sus enemigos contratan al kike un joven de escasos 22 años para que lo mate. El plan es atrevido, volar en avión y dispárale frente a sus guardaespaldas.
Gerardo Gutiérrez Uribe recibió la orden de ultimar al líder de la Alianza Democrática. Esa mañana, el joven ingresó al vuelo en el que también se movilizaba el candidato presidencial con una cédula falsa a nombre de Álvaro Rodríguez Meneses, ocupando el asiento 5C.
Luego de que el piloto indicara a los pasajeros que podían desabrochar sus cinturones, Gerardo Gutiérrez Uribe se levantó de su asiento y, tras afirmar a una azafata que tenía que entrar al baño, salió de este espacio con una ametralladora que descargó en una ráfaga de disparos en el cuello y cabeza del candidato.
Gerardo Gutiérrez Maya, por su parte, era la única persona que podía revelar detalles del crimen, pero fue asesinado por uno de los escoltas del DAS a pesar de que algunos testigos señalaron que el joven había soltado su arma en una clara intención de entregarse.
Años más tarde fue Carlos Castaño quien asumió la responsabilidad en el crimen, detallando que se había encargado de entrenar personalmente al joven; además, el líder de las AUC le habría afirmado a Gutiérrez Maya que dentro del avión iban a viajar más miembros de la organización para defenderlo y rescatarlo cuando el avión volviera a aterrizar.
Pizarro murió de una manera tonta, Colombia siguió en conflicto y Carlos Fuentes dejo un borrador estupendo, pero inconcluso.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *