Luis Román

Escritor y Columnista


“Que se establezca por ley Constitucional la celebración 12
De Diciembre en todos los pueblos, dedicado á la patrona de nuestra libertad,
María Santísima de Guadalupe, encargando á todos los pueblos, la devoción
Mensual…”
Sentimientos de la Nación.
José María Morelos y Pavón (1813).
A Reyna
I
Se cumplen 488 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac el 12 de diciembre de 1531. Testigo fiel, fue el indio Juan Diego. El culto y reverencia a Guadalupe ha sido fundamental en la historia y conformación de eso que se designa como Identidad Nacional.
La identidad es una palabra de origen latino (identitas) que permite hacer referencia al conjunto de rasgos propios de un sujeto o de una comunidad. Estas características diferencian a un individuo o a un grupo de los demás. La identidad también está vinculada a la conciencia que una persona tiene sobre sí misma.
La mayor parte de la población mexicana es católica, y guadalupana. La Fe y el culto se reproducen y continúa generando cada año un número mayor de fieles a Guadalupe. Lo mismo gente adinerada, que ex reos, son fieles guadalupanos. Lo mismo el honrado que el ratero, la honrada y la picara.
Lo mismo en el norte, sur, oriente o poniente del País, el culto a Guadalupe está vivo. La historia del culto a la Virgen del Tepeyac, nos dice que ahí, en ese cerro se apareció al Indio Juan Diego, la Virgen. El Nican Mopohua( Ed. FCE, 1986) es el documento histórico en el que se relata las Apariciones de Guadalupe al Beato Juan Diego, indígena azteca, ocurridas del 9 al 12 de diciembre de 1531.
Es un escrito originalmente en lengua náhuatl. A pesar de que muchos documentos indígenas comienzan con el Nican Mopohua, estas dos palabras iniciales han permanecido por antonomasia para identificar este relato. El título completo es: “Aquí se cuenta se ordena como hace poco milagrosamente se apareció la Perfecta Virgen Santa María, Madre de Dios, nuestra Reina; allá en el Tepeyac, de renombre Guadalupe”.
Este relato es la principal fuente de lo que sabemos sobre el Mensaje de la Santísima Virgen al Beato Juan Diego, a México y al Mundo. La copia más antigua se halla en la Biblioteca Pública de Nueva York Rare Books and Manuscripts Department. The New York Public Library, Astor, Lenox and Tilden Foundation.
El autor del documento fue Don Antonio Valeriano (1520-1605), sabio indígena y aventajado discípulo de Fr. Bernardino de Sahagún. Valeriano recibió la historia por el mismo Juan Diego, quien murió en 1548.
El obispo fray Juan de Zumárraga, documentó y anotó el hecho como un milagro, y fue el encargado de construir la Villa de Guadalupe.
Este culto a Guadalupe fue celebre en México y el resto del continente Americano. Tuvieron que transcurrir 279 años, para que una noche de septiembre de 1810, el Padre Hidalgo junto con el Capitán Allende tomaran una decisión frente al descubrimiento de su conjura por la Corona Española “Salió Hidalgo y le dijo a la Multitud ‘No existe ya para nosotros ni Rey ni tributos, llegó el momento de nuestra emancipación, ha llegado la hora de la libertad. Pocas horas faltan para que me vean marchar a la cabeza de los hombres que se aprecian de ser libres ¡Viva la Virgen de Guadalupe!”(Pedro García, Con el Padre Hidalgo, Ed. SEP, 1983, p.23).
Tomó Hidalgo el estandarte de la Guadalupana y acto seguido los indios de todos los pueblos lo siguieron. Era tanta la fe en la Virgen que en verdad creyeron sus fieles que a través de ella y por ella, algo obtendrían. Tal vez no sabían qué, pero presentían que el cambio estaba a la vuelta de la esquina.
Más tarde Morelos en sus ‘Sentimientos de la Nación’ postulo el 12 de diciembre como fecha de culto y libertad. No en vano el primer Presidente de México José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, se hizo llamar como Guadalupe Victoria. Como un reconocimiento a la virgen que forjó una nación.
Incluso Simón Bolívar, hombre ilustrado, amante de las letras y la filosofía le llamó la atención este hecho y escribió “Felizmente los directores de la independencia de México se han aprovechado del fanatismo con el mejor acierto, proclamando a la famosa Virgen de Guadalupe por reina de los patriotas, invocándola en todos los casos arduas y llevándola en sus banderas” (Antología, Ed. UNAM, 1990, p. 56).
La historia del México independiente y de Guadalupe corre en paralelo. No se puede escribir y hablar del México Independiente sin mencionar el rol que jugó el culto e imagen de Guadalupe.
En el Vaticano, se encuentra la tumba de Juan Pablo II, está acompañado de una sola imagen: la Virgen de Guadalupe. El Papa Amigo, el Papa más importante del siglo XX era guadalupano. El papa que destruyó al comunismo era fiel guadalupano. El Papa filosofo.
En el México del siglo XX y dentro de las reglas del Sistema Político mexicano había dos dogmas: No hablar mal del Presidente de la República ni tampoco de la Guadalupana.
II
Históricamente algunos autores han tratado de destruir la fe y culto a Guadalupe, sin mucho éxito. Pero sí creando polémica.
“Arderá en el infierno”, seguramente pensó más de un miembro del clero mexicano, luego de escuchar el sermón que con motivo del día de la Virgen de Guadalupe, presentó fray Servando Teresa de Mier el 12 de diciembre de 1794 en la Colegiata de Guadalupe.
Y sin embargo, no era para tanto. En su perorata nunca puso en tela de juicio el milagro guadalupano, ni siquiera la existencia de Juan Diego, simplemente lo refería de otro modo, quizá de una forma poco ortodoxa y sí con una buena dosis de manipulación histórica:
“La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe no está pintada en la tilma de Juan Diego, sino en la capa de Santo Tomás apóstol de este reino. Mil setecientos cincuenta años antes del presente, la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe ya era muy célebre y adorada por los indios ya cristianos, en la cima de Tenayuca, donde le erigió templo y colocó Santo Tomás. Apóstatas los indios de nuestra religión maltrataron la imagen que seguramente no pudieron borrar, y Santo Tomás la escondió, hasta que diez años después de la conquista apareció la Reina de los Cielos a Juan Diego pidiendo un templo y le entregó la última vez su imagen para que la llevara a la presencia del señor Zumárraga. La imagen de Nuestra Señora es pintura de los principios del siglo primero de la Iglesia, pero así como su conservación su pincel es superior a toda humana industria, como que la misma Virgen María se estampó naturalmente en el lienzo viviendo de carne mortal” (Ed. Porrúa, 1980)
Las palabras de Fray Servando taladraron la conciencia religiosa novohispana de finales del siglo XVIII. Mucha gente se sintió agraviada y lo menos que dijeron del dominico fue que adolecía de locura. Pero a los ojos del clero merecía un castigo ejemplar y la respuesta de las autoridades eclesiásticas fue fulminante. No habían transcurrido ni veinticuatro horas del famoso sermón y fray Servando ya cargaba con un proceso y la suspensión de la licencia para predicar y confesar. En marzo de 1795 fue condenado a diez años de reclusión en el Convento de Santo Domingo en Cádiz. Su audaz sermón le había costado un destierro de más de veinte años que concluyó en 1817.
En el siglo XX lo mismo el dramaturgo Rodolfo Usigli en su obra “Corona de Luz” (Ed. FCE, 1990), argumentó que la aparición de Guadalupe fue un montaje preparado por los españoles. La modelo era una joven africana y el pintor un español. En su momento la obra fue censurada y criticada en el México de los años 40’s.
En 1985 Edmundo O’ Gorman el historiador público su libro “Destierro de Sombras” (Ed. UNAM) sugiere más o menos la misma versión de Usigli, pero da datos, fechas, nombres. Pero concluye sabiamente que el culto de Guadalupe era y es necesario en un país como el nuestro. El Maestro no destruye el mito, todo lo contrario, construye.
Historia y Fe ambas dan testimonio de Guadalupe, como forjadora de la identidad mexicana. Lo cierto es que sin ella, no se entendería parte de nuestra historia y pensamiento seamos o no católicos, seamos o no creyentes es un hecho su trascendencia en nuestro país.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *