El Luis Donaldo Colosio Que Conocí.
Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.
Luis Donaldo Colosio.
I
Se cumplen 29 años del asesinato del candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en Lomas Taurinas, Tijuana. Mario Aburto, el homicida, nunca ha confesado si actuó por órdenes de alguien. Su versión de que traía una pistola y que sin querer la activo es un cuento chino.
Tal vez nunca sabremos a ciencia cierta quién o quienes lo mandaron a asesinar. Algunas versiones, señalan que fue la vieja cúpula del PRI que no deseaba y veía con malos ojos, que Carlos Salinas jugara un papel de ‘Jefe Máximo’, como lo hizo el General Plutarco Elías Calles y que Colosio fuera su títere.
Con la muerte y el pasó de los años, así como el destino trágico de Diana Laura Riojas, viuda de Colosio. La fama y atributos que nunca tuvo Luis Donaldo se han acrecentado.
Entre los mitos que se han conformado en torno a Luis Donaldo están:
1.- Era un candidato que iba a cambar a México, lo que en ese marzo no era posible. Su ‘destape’ como candidato del PRI, fracturó a la clase política. En ese momento, el Regente de la Ciudad, Manuel Camacho, era el candidato esperado.
La campaña política de Colosio fue más que gris, fue una opaca, no llenaba plazas ni parques.
2.- El surgimiento del EZLN y del sub comandante Marcos, le quitaron los reflectores a su persona y campaña.
3.- La posible fractura y descontento de Manuel Camacho, así como su designación como comisionado de paz con el EZLN le dio fama y reflectores, mismos que nunca tuvo Colosio.
Hoy en 2023 se habla que su Hijo Luis Donaldo Colosio Riojas, puede ser candidato a la presidencia, una barrabasada. El Joven ni sabe hablar ni tiene la experiencia, y por el sólo hecho de ser hijo de un finado, tampoco le da el lugar para un reto tan grande.
II
Hay muchos libros e investigaciones sobre Luis Donaldo, esta vez aportare mis breves recuerdos del Colosio que conocí en el lejano 1990, cuando ocupo la presidencia del CEN del PRI.
Recién ingresado a la ENEP en la carrera de ciencias políticas y administración pública, trate de incursionar en la vida partidista. En 1989, el ICAP – Instituto de Capacitación Política del CEN del PRI – lanzaba su convocatoria a los cursos abiertos.
El ICAP era un instituto con mucho prestigio, ahí se formaban los cuadros del PRI. Cada año, publicaba su convocatoria a cursos cerrados, es decir, era una invitación a los militantes de los Estados y Municipios para estar 6 meses en la ciudad tomando clases sobre: propaganda política, oratoria, historia de la revolución, historia del estado mexicano.
Y los cursos abiertos era para los militantes que residían en el distrito federal, eran cada viernes y sábado por las tardes. La plantilla de profesores era de primera: Manuel Camacho, Roger Bartra, Modesto Seara Vázquez, Arnaldo Córdova, Ignacio Burgoa, Juan Felipe Leal, Lorenzo Meyer, Alejandra Toscano, Enrique Florescano, y un joven llamado Marcelo Ebrard entre otros que me vienen a la memoria.
Era julio de 1989, ingrese al PRI y solicite a mi comité una carta propuesta para tomar el curso abierto sobre La Empresa Pública en la Modernización. El curso tendría una duración de seis meses y los profesores eran Ignacio Pichardo Pagaza, Javier Oliva, Carlos Sirvert, Omar Guerrero, y Alejandro Carrillo Castro. Todo era gratuito.
La inauguración fue el primer sábado de agosto. Éramos cerca de 140 los jóvenes aceptados, llegamos puntuales a las 9 de la mañana. Nos dieron la orden de ingresar al auditorio Plutarco Elías Calles, allí seria la inauguración del evento. Nos sentaron, en cada sillón había una carpeta con nuestro nombre, un lote de libros publicados por el ICAP: El Tercer Estado de Sieyés, Discursos de Jesús Reyes Heroles, y Reformando al Estado de Carlos Salinas.
Acto seguido, llegó el presidente del CEN del PRI y senador por Sonora, Luis Donaldo, vestía traje negro, camisa blanca y corbata roja. Era de estatura media, delgado, cabello crespo y suelto, un tanto afro, bigote bien delineado. Nos dio la bienvenida. Dio por inaugurados los cursos abiertos del ICAP.
Al término del evento, se nos ofreció un desayuno, los meseros y aperitivos nos esperaban. Luis Donaldo, salió al patio y tomarse la foto y a saludar a todos. “¿De dónde vienes?” “¡aprovechen ¡” “¡Sean los mejores!” “Cualquier cosa que se les ofrezca estoy a sus órdenes!”.
Durante esos viernes y sábados dedicados al ICAP era como estar en la facultad de ciencias políticas. Y muchas veces, Luis Donaldo, estaba ahí. Bien en los pasillos y te saludaba, o a veces entraba al auditorio a escuchar la clase, y se sentaba junto a uno. Tomaba nota y al final preguntaba.
Nunca faltó el café, las galletas o el desayuno. Todo era de primera. Era un hombre sencillo. A pesar de haber estudiado en Austria, ser egresado de la universidad Anáhuac y profesor de economía en la propia ENEP Acatlán.
III
En enero de 1990 el periódico El Nacional, órgano oficial del PRI, publicó una convocatoria para participar en su primer concurso de ensayo político “Jesús Reyes Heroles”. Había tres premios con su contribución económica, un lote de libros y la publicación de las obras ganadores en la revista Examen.
¿Escribir? ¡Por qué no ¡no lo pensé el tema sería la Revolución Mexicana y la Modernización Hoy. Al salir de clases, me quedaba en la biblioteca de la ENEP y a veces iba a insurgentes norte, en la sede del PRI, y en su biblioteca encontraba el material. En 15 días termine de escribir mi ensayo de 25 cuartillas. Lo fotocopié y lo llevé al correo.
Paso el tiempo, hasta que un día de febrero, encontré en El Universal el anunció del ICAP donde se daba a conocer los resultados ¡Mi ensayo ocupaba el 2º. Lugar a nivel nacional!
La premiación sería el 4 de marzo – aniversario del PRI – no daba crédito a mi alegría y al resultado. Hable al CEN del PRI y me confirmaron lo que mis ojos veían.
Total, llegó el 4 de marzo, invite a mi madre, amigos y en el salón de usos múltiples, se llevó a cabo la ceremonia. Luis Donaldo y Rafael Rodríguez Barrera nos dieron el diploma y el lote de libros.
Colosio nos abrazó y nos invitó a brindar por el triunfo. Uno de sus asistentes nos dijo que subiéramos a la oficina de Colosio para recibir el cheque. Yo fui el primero. Muchas veces había pasado frente a su despacho en el edificio 1 en el 2º piso.
Su secretaria me hizo pasar, un escritorio de caoba, enorme ocupaba la oficina. ¡Rodeado de varios libreros y de pie Luis Donaldo, “! ¡Pásale Luis”!
¡Se acercó a mí, me abrazo, y me miro con sus ojos adormilados “! ¡No te dé vergüenza, aquí todo se hace por dinero, acuérdate, la política es dinero!”
¡Tomó el cheque me lo dio y me dijo sonriendo “! Gástatelo bien. ¡Disfrútalo, y ahorita pasas con Agustín Basave para lo de la publicación de tu ensayo!”
El ensayo se publicó en Examen, me invitaron a seguir publicando reseñas de libros. Cuando tenía la intención de ir a ver a Luis Donaldo, renunció al PRI y se hizo cargo de la SEDESOL – Secretaria de Desarrollo Social –
El ICAP y el PRI dejaron de ser lo que fue mientras Colosio fue su presidente.