• Apareció el libro ‘Switchers S2’, EL SEGMENTO DE LA ORFANDAD. Entre el Resentimiento y Salir Adelante. ELECTORES PARA GANAR EN 2024, de Gabriel González Molina
• Los líderes están mal informados acerca de la polarización actual del mercado electoral y desconocen cuál es el segmento de votantes que definirá el rumbo de las elecciones del 2024
• El primer gravísimo error consiste en creer que Morena tiene ganada la elección del 2024
• El error se genera al confundir la elevada aprobación de AMLO con el comportamiento probable de los electores el día de la elección; no saber distinguir que una cosa es aprobar su narrativa y otra cosa, muy distinta, es votar de nuevo por él o por Morena
• El analista político Héctor Aguilar Camín, anticipa que luego de analizar “Switchers S2 no serán los votantes del voto duro, los portadores del Sí o del No plebiscitario”
Por Estefano Escobar
“¿Se han preguntado cuántas veces vota un elector durante su vida? No hay duda que, en la democracia, la vida es corta. En México, el elector promedio puede sufragar unas ocho veces para presidente de la república y para gobernador de su estado, sólo 16 veces para diputados federales y locales y para elegir a su presidente municipal. Son relativamente pocas las oportu-nidades que el elector tiene para incidir, con su voto, sobre el curso y la dirección de las políticas públicas de su país”.
Con esta apreciación Gabriel González Molina inicia la primera parte de su obra: “Para entender a los switchers ¿Qué piensa y qué siente el elector cuando vota?”
Si bien el elector vota pocas veces, agrega el autor, el número de elecciones es muy grande. En México, cada seis años, se realizan más de 7,000 campañas electorales, cada una con una duración formal de ocho a doce semanas. ¿No resulta razonable proponer que al votar el elector pueda distinguir entre las diferentes propuestas y elegir la que más le guste? Esa condición parece no cumplirse. Con base en la información disponible, es posible afirmar que un alto porcentaje de la población llega a la boleta electoral sin saber qué va en juego en cada elección.
Y para ofrecer el contexto adecuado, González Molina puntualiza: “Es cierto que la escolaridad promedio del elector mexicano apenas llega a 9 años y que la ignorancia y la falta de participación social son parte de la realidad. Sin embargo, el desinterés y la escasa definición acerca de lo que se trata una elección, por parte del elector, es sobretodo responsabilidad de las campañas y de sus equipos de comunicación”.
Quizá el libro de Gabriel González apareció a destiempo, pero valdría la pena recomendárselo a Alejandra del Moral y a sus equipos, asesores y especialistas en comunicación que nunca supieron – o nunca quisieron -, manejar con precisión las ofertas de campaña, y mucho menos de lo que se trataba aquello de la “candidata valiente”.
Pero esa es arena de otros polvos.
González Molina en su obra nos lleva a sitios que muchas veces los electores nos hemos preguntado, y asegura: “Hace tres décadas preguntaba, ¿Cómo queremos que sean las elecciones del nuevo milenio?, ¿Es suficiente con garantizar que sean limpias?, ¿Qué sucede si el elector llega a la boleta electoral sin saber por quién quiere votar?, ¿Por qué algunas campañas simplemente “no levantan”?, ¿Qué explica el triunfo en una elección competitiva?”.
El domingo 2 de junio de 2024 – puntualiza- podrán votar cerca de 98 millones de posibles votantes, lo que representa entre 8 y 9 millones de personas más que en las elecciones presidenciales del 2018. ¿Cómo acrecentar significativamente las oportunidades de elección de esta impresionante comunidad de electores?.
“Para responder más acertadamente esta gran interrogante, es imprescindible considerar ¿En qué piensa y qué siente el elector cuando vota?
“No hay duda de que el avance de la democracia exige la celebración de elecciones limpias, pero la misión de la democracia en esta región no se restringe solo a celebrar elecciones transparentes y aparentemente legítimas. El avance de la democracia depende de que el elector tenga realmente grados de libertad y que sepa distinguir entre las distintas opciones electorales que se le presentan. Esto es saber votar”.
Deja claro el autor una premisa central de este libro: es necesario que el elector tenga la capacidad de discernir con mayor precisión entre las diversas opciones. Y esto requiere que dichas opciones electorales inviertan una parte significativa de sus recursos en darse a conocer. No en forma circunstancial, ni adoptando modelos y prácticas publicitarias -¡votar no es comprar!-, sino en términos de polarización electoral.
El libro se puede encontrar en la plataforma Amazon, con un valor de $500.00
LOS PORTADORES DEL SÍ O DEL NO PLEBISCITARIO, SERÁN LOS SWITCHERS, PERO CIERTA CLASE DE SWITCHERS: HÉCTOR AGUILAR CAMÍN
Y como de costumbre y por estar inmersos en la época del encuentro, la gratitud y la reflexión, es que esta MANO GENEROSA ofrece como regalo en este espacio, con la anuencia correspondiente, las cinco columnas del notable escritor, periodista, historiador, filosofo, analista político y Director de la revista NEXOS, Héctor Aguilar Camín, acerca de la trascendencia del libro SWITCHERS II
Tales columnas periodísticas aparecieron en el diario MILENIO, espacio en donde él escribe diariamente, entre el 21 y el 24 de noviembre del 2023, “como un tributo a su novedad y su riqueza”, sentencia el propio Aguilar Camín.
Imperdibles. Por supuesto cada columna lleva su titulo original. Por aquí comenzamos.
LECTURA OBLIGADA SOBRE 2024
Apareció un libro distinto, pensado por fuera de la caja habitual de encuestadores y expertos, sobre la elección de 2024.
Se llama Switchers S2. El segmento de la orfandad, título malo si alguno, pero exacto sobre lo que estudia, y con un toque enigmático, que el autor despeja en el libro con solvencia y claridad meridianas.
El autor es Gabriel González-Molina, cuya mirada, por el título del libro, parecería la de un ocurrente outsider que de pronto se lanza con hipótesis veleteras al circo de cábalas, rumores y descrédito de encuestas que gobiernan nuestra discusión sobre qué pasará en 2024.
Bueno, González-Molina es cualquier cosa menos un improvisado en estos menesteres. Más bien, es un investigador pionero, en particular de esa categoría enloquecedora que nunca falta en las encuestas, que nadie sabe bien ni qué significa, ni qué hacer con ella.
Me refiero a la casilla de los “indecisos”, que nunca faltan en ninguna encuesta y que a veces tienen porcentajes superiores a los que necesitan para ganar o perder los candidatos que mide la misma encuesta.
En elecciones competidas, la zona “indecisos” es un hoyo negro que relativiza al máximo la precisión de las encuestas, porque es el hoyo clave.
Es el hoyo donde están los que al final definirán quién gana la elección, pero mientras tanto no saben o no han decidido, o no quieren decir, y no dicen nada.
González-Molina se ha dedicado medio siglo a definir y “medir” ese hoyo negro que son los indecisos cambiantes (switchers).
Empezó sus hallazgos en el año 2000 con un libro ¿Cómo ganar las elecciones? (Ediciones Cal y Arena,) y siguió afinando su ejercicio en libros publicados en los años previos a las elecciones presidenciales de cada seis años.
Acertó en todas. En 2012, con sólo .26% de diferencia respecto de los votos finales. En la de 2018, con menos de 3% de imprecisión.
Switchers S2. El segmento de la orfandad es su libro de 2023 sobre quiénes decidirán el triunfo o la derrota electoral en 2024.
Anticipo que no serán los votantes del voto duro, los portadores del Sí o del No plebiscitario.
Serán los switchers, pero cierta clase de switchers.
ERRORES DE LECTURA SOBRE 2024
En su libro Switchers S2, Gabriel González-Molina analiza tres errores de lectura sobre lo que pasará en 2024.
El primero es creer que Morena tiene ganada la elección porque la aprobación de AMLO se mantiene alta.
Esto, dice el autor, es “no saber distinguir que una cosa es aprobar su narrativa y otra, muy distinta, votar de nuevo por él o por Morena. Al Presidente lo aprueban muchos, pero la mayoría no votaría otra vez ni por él, ni por Morena”.
El segundo error es creer que la oposición puede ganar en 2024 apoyada solo en los votos contra el gobierno. Esto, dice González-Molina, “reduce la elección a un simple referendo: asumir que los electores decidirán exclusivamente con base a su actitud a favor o en contra del Presidente”.
La visión de 2024 como un referendo reduce a dos franjas un telar complejo. “Pierde de vista por completo que los electores tienen necesidades no satisfechas, expectativas de lo que quieren en sus vidas y que su decisión de votar a favor o en contra de alguien se basa precisamente en la ecuación de quién puede mejorar su situación actual”.
El tercer error, según González-Molina, es creer que el factor decisivo del voto son los candidatos, su buena o mala imagen, y sus propuestas.
Esta idea esconde una distorsión de perspectiva más profunda: que la elección depende de lo que se le ofrece al elector, es decir, de “una lógica del mercado minimalista dominada por la oferta”.
“Debería ser exactamente al revés”, dice González-Molina: “plantear los escenarios de voto hacia 2024 con base en lo que los electores valoran, necesitan y exigen, con base en la demanda, no en la oferta”.
Switchers S2 explica analítica y estadísticamente estos errores y el secreto clave: quiénes son los votantes que decidirán la elección, dónde están y qué quieren.
Un pasaje aparte del libro, muy inspirado, es su hipótesis de por qué la polarización creada por López Obrador es más profunda que las que hemos tenido antes.
Switchers S2 no existe en versión impresa, sólo en digital. Cuesta 500 pesos en Amazon. Los vale.
QUIEN GANARÁ EN 2024
Un punto central de Switchers S2. El segmento de la orfandad, el libro de Gabriel González-Molina, es que “a poco tiempo de la elección de 2024, aún no hay nada para nadie… El mercado está polarizado, pero ninguno de los dos polos es lo suficientemente grande para ganar las elecciones”.
La elección no será ganada por los votantes que han definido ya su voto en favor o en contra, sino por “un grupo de electores”, los llamados switchers “que todavía no entregan su voto seguro a ninguna de las opciones actuales”.
González encuentra el mercado electoral repartido en cuatro segmentos: los Leales, los Anti y dos segmentos de Switchers: los S1 que votarán muy mayoritariamente por el oficialismo. Y los S2, que no han decidido su voto aún, pero están “alejados del Presidente“ y “ han vivido en la orfandad durante todo el sexenio, con la vivencia de que nadie ni nada los representa”.
Los números de estos cuatro segmentos son así:
- Leales (voto duro AMLO): 21%.
- Switchers 1 (muy pro-AMLO): 21%.
- Antis (voto duro anti-AMLO): 23%, y
- Switchers 2 (“huérfanos”, sin casilla elegida): 35%
La buena noticia para el oficialismo, dice el autor, es que si ganan todo el segmento Switchers 1, que les es muy favorable, tendrán 42% de los votos. La mala noticia es que ese 42% no es un piso, sino un techo: es lo más que podrán ganar.
La buena noticia para la oposición es que los Anti son 23%, un voto duro mayor que el de AMLO, y que el segmento Switchers 2 está alejado de AMLO, pero tampoco es seguro para la oposición: es un segmento que hay que ganar ofreciéndole lo que quieren, no lo que inventan candidatos o partidos.
¿Y qué quieren estos S2?
Responde González-Molina:
Valoran su esfuerzo para salir adelante, aprecian el trabajo como fuente de riqueza, necesitan apoyo emprendedor, empleos con potencial de crecimiento, impulso a los micro y pequeños negocios. Exigen mejoras en educación y salud y una estrategia real contra el crimen organizado. Son sensibles a una narrativa de oportunidades para salir adelante y la esperanza de vivir mejor.
Quien los gane, ganará el 2024.
HACIA 2024: TRES MÉXICOS, CUATRO AGRAVIOS
El mercado electoral de México tiene cuatro segmentos cuyo tamaños, en términos de votos posibles, con estas cifras:
Leales: 21% (voto duro para AMLO).
Switchers 1: 21% (votantes muy pro-AMLO).
Antis: 23% (voto duro anti-AMLO).
Switchers 2: 35% (votantes “huérfanos”, distantes de AMLO pero sin casilla elegida ni preferente).
Las creencias de esos segmentos son variables y mixtos, pero puestos a definirlas en sus rasgos fundamentales dibujan una sociedad dividida en dos polos, dos órdenes de expectativas y exigencias públicas respecto del gobierno que van a elegir.
De un lado, es visible un polo de la sociedad que quiere un gobierno paternalista, que le resuelva casi todo, que sea como un papá.
Del otro lado, hay un polo de la sociedad que quiere salir adelante por su propio esfuerzo, con un gobierno que lo ayude, sobre todo en el sentido de no estorbarlo y dejar que se creen oportunidades que cada quien pueda aprovechar por sí mismo.
Todo esto puede leerse en el libro Switchers S2. El segmento de la orfandad, de Gabriel González-Molina, que gloso estos días en tributo a su novedad y su riqueza. Los polos mencionados, según el mismo libro, tienen una expresión geográfica, dibujan tres Méxicos: un sur paternalista, un norte individualista y un centro mixto. Hablo de tendencias dominantes, no de totalidades redondas.
Los candidatos y partidos que logren atraer hacia su causa el voto de los switchers, dice González-Molina, en especial el 35% de los switchers 2, que no se sienten representados por nadie, ganará la elección.
Muy interesante en los matices del libro es que, entre los segmentos switchers (el 1 proclive a AMLO y el 2, distante de él) haya una comunidad de exigencias y agravios en cuatro asuntos claves que, apenas se mencionan, resultan obvios, reflejan lo que cualquiera puede reconocer como problemas claves del país en que vivimos.
Estos cuatro agravios o exigencias públicas compartidas son: el rechazo a la corrupción, el aumento de la violencia, no sentirse seguro y los servicios de salud.
Vale la pena precisar los matices de los reclamos compartidos en estos cuatro ámbitos
2024: LOS CUATRO AGRAVIOS
Cuatro agravios dominan las franjas de electores que definirán quién gana en 2024, electores que no han decidido por quién votarán, los llamados switchers.
El primer agravio es La corrupción, que persiste como queja. Puede resumirse en la idea de que el gobierno gasta mucho “sin que se vean resultados, lo cual estos votantes perciben como una enorme corrupción que se ha mantenido oculta y debe ser expuesta”.
El segundo agravio es La violencia. En 2012, era un tema repetido sólo en el Norte del país. Ya es nacional. El agravio pide que haya “una guerra frontal no sólo contra los delincuentes, sino principalmente contra la violencia”, lo cual se plantea “como una prioridad central del próximo gobierno”.
El tercer agravio cabe en una frase: “Hazme sentir seguro”. Es un reclamo directo a los gobiernos, porque, para millones de mexicanos que no han decidido aún su voto y sin embargo decidirán quién gana en 2024, “los principales responsables de la inseguridad son los policías, particularmente los municipales, a quienes perciben como ‘más parte del problema que parte de la solución’. La queja predominante son sus abusos, porque la policía trabaja para los delincuentes”.
El cuarto agravio común a millones es La salud, en particular por el desabasto de medicinas y la pérdida de atención médica gratuita. Aquí unos dichos de la gente sobre este agravio:
“Tiene uno miedo de enfermarse porque no hay dinero para pagar ni las medicinas” “Va uno a la clínica de salud y también ahí le cobran a uno, porque hay que pagar las medicinas y los análisis” “Los niños son los que más sufren porque no los puede uno llevar a ver al doctor como antes. Ya ni Seguro Social tiene uno. Ahora todo cuesta”. “¿De qué nos sirve que nos den pensión de adulto si no nos alcanza para pagar las medicinas?”
Quien responda mejor a estos agravios, comunes a los electores que no han decidido aún por quién votar, ganará la elección de 2024.
https://amp.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin