Luis Román

Escritor

“Hay hombres a los que recuerdas
aunque no los hayas visto jamás”

Carlos Fuentes




I

Carlos Fuentes al final de su vida, dejó a un lado ese estilo a veces barroco, académico y renuncio a escribir en los tres tiempos – herencia e influencia de William Faulkner -. El Yo, El Tu, Él que inauguro en “La Muerte de Artemio Cruz”, y que fue devaluando su estilo.
Ya en la tercera edad, su vocabulario se fue haciendo más concreto. Más humano y más directo. Incluso ya sus personajes y sus narraciones utilizan palabrotas, cosa que en su juventud no existía.
Eterno candidato al Nobel de Literatura, vio como sus amigos lo obtenían excepto él. Desde Octavio Paz, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
Fuentes dedica 20 años de su vida, a reunir material para escribir la que sería su última novela y quizás donde se nota su maestría en el manejo del lenguaje y de la trama.
Aquiles o El Guerrillero y El asesino (Ed. FCE/ Alfaguara, 2016, México, 191 pp.) relata la vida trágica de Carlos Pizarro, un hombre que nació en el seno de una familia de clase media de Colombia. Sus padres profesores, a Carlos y a sus dos hermanos los mandaron a colegios católicos.
Sus profesores profesaban la teología de la liberación y el cambio social a través de la revolución fue el marco donde creció el joven Pizarro. Quien leyó a Marx, Lenin, a Fidel Castro y trato de ser un abogado. Pero sus inquietudes revolucionarias lo llevan a escoger el camino de la montaña.
Colombia es un país donde el Estado no tiene un control de todo el territorio. Donde la tierra es acaparada por terratenientes, y las instituciones de asistencia social simplemente no existen.
El cultivo de coca y los laboratorios de cocaína son otra fuente de ingreso. En medio de ese contexto Pizarro se aventura a crear un movimiento revolucionario. Donde nacerá el Movimiento 19 de Abril, mejor conocido como el M – 19.
El M – 19 creció junto con otro movimiento, el Ejercito de Liberación Nacional que más tarde se conocerían como las FARC – Fuerzas Armadas de Colombia – emulando al Movimiento 26 de julio de Fidel Castro, al Frente Sandinista de Liberación Nacional – FSLN – de Nicaragua y al Frente Farabundo Martí de El Salvador. Trataron de seguir el camino de la lucha armada como cambio social a través de la revolución.
Pero no prosperaron, en Colombia los terratenientes y los coqueros crean grupos paramilitares con apoyo del Estado, y son conocidos como “autodefensas” que lucharan en contra del avance los movimientos revolucionarios.
Son los tiempos de la cocaína, de Pablo Escobar y otros narcotraficantes. El dinero que traen compra todo y a todos. El M – 19 y el Movimiento de Liberación Nacional, pronto reciben dinero y armas del narco a fin de que proteger su industria.
El romanticismo de la guerrilla latinoamericana se va desvaneciendo poco a poco.


II
La figura de Carlos Pizarro y su historia es interesante, y trágica. Un hombre de clase media que deja todo para conformar un grupo guerrillero. Y siempre defiende la causa de los pobres, es asesinado por un sicario, pobre y quien ejecuta su asesinato por la promesa de que el grupo de autodefensa que lo contrato le prometió dar $ 2 mil dólares a su madre.
“hay hombres a los que recuerdas aunque no los hayas visto jamás” (Ibíd.p.3) así inicia la novela Carlos Fuentes.
Pizarro era un hombre apuesto y culto, similar a Ernesto Che Guevara o a Eduardo Contreras ‘Marcos’ en Nicaragua.
“Las muchachas lloraron su muerte, pegaron su foto en las paredes. Dijeron ‘ es el guerrillero muerto más guapo desde el che Guevara”

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