Por. Luis Román


“¿Remordimiento? Ustedes me han hecho lo
Que han querido.
Puedo hacer lo que quiera y ustedes son
Los culpables.”
Charles Manson

I


La colección “Rostros del Mal” (Ed. Salvat, Madrid, 2022) publica el número dedicado a “Charles Manson: – El Mesías Satánico” – escrito por Javier Vidal, que de manera sencilla, breve y amena nos describe la vida del jefe de la secta “La Familia Manson”, que el agosto de 1969 cobró celebridad por haber dado muerte a la actriz Sharon Tate, quien tenía ocho meses de embarazo. La joven actriz de 27 años, era esposa del director de cine Román Polawsky, y con quien participo en la célebre cinta “La Semilla del Diablo” conocida como “El Bebé de Rosemary”; y que narra la historia de una secta que busca una mujer que dé a luz a un bebé, quien será hijo del demonio.
La cinta fue una película pionera en el mundo del suspenso y terror. Lo trágico, resultó en la vida real. Tate murió asesinada por una secta de fanáticos que sin ton ni son se proponían asesinar a gente blanca, para que la policía acusara a los negros, que según Manson al escuchar el “Disco Blanco” de los Beatles, advirtió un mensaje oculto, el cual señalaba que los negros en USA se rebelarían y Manso tendría que tomar acciones.
La biografía de Manson no es cosa del otro mundo. Fue un hijo no deseado, su madre al quedar encinta a los 16 años, maldice el embarazo. Una vez que nace el niño, la mujer se dedica al alcohol, robo y prostitución. Hasta caer en la cárcel.
El niño Charlie, queda bajo el cuidado de su tía, pero su violencia y maldad. Terminan aislándolo de la familia. El apellido Manson, lo tomara su madre de uno de sus tantos amantes.
Al salir de la prisión, la madre no tolera al adolescente de 13 años, quien ya roba autos, tiendas y hostiga sexualmente a las niñas. Va a prisión, donde se torna violento, y viola a sus compañeros. Su homosexualidad florece.
A los 17 años, se dedica a aprender a leer y se hace aficionado a leer la biblia, budismo y temas esotéricos. Es hora de su libertad. Sin embargo, al escuchar al juez, le comenta “La mitad de mi vida he estado aquí, no sabría estar afuera. Quiero quedarme aquí” (Vidal, “Charles Manson: – El Mesías Satánico – Ed. Salvat, p. 30).
Ya libre, encuentra una mujer con quien procrea un hijo, lo abandona, por perezoso, y de nueva cuenta se une a una mujer. Hasta que termina deambulando en los barrios bajos de los Ángeles, donde habla de Dios, la muerte y cristo. Ofrece droga y consigue chicas a quien prostituye. De pronto se ve rodeado, por 15 o 20 jóvenes que lo siguen como su líder.
Manson es aficionado a la música de los Beatles y le da por componer canciones. Por un tiempo se cree llamado a la fama. Efectivamente será famoso, no por su música, sino por su fanatismo y crueldad.






II
Nació el 12 de noviembre de 1934, su madre de nombre Kathtleen nunca lo deseo, era alcohólica y ladrona. Su vida en el reformatorio sólo tiene un adjetivo “peligroso”. Según consta en los test psicológicos que le aplicaron los médicos. Era violento, violador y en 18 ocasiones intento fugarse.
Al cumplir los 18 años abandona la cárcel, trata de llevar una vida normal. Contrae matrimonio en dos ocasiones. Pero la vida cotidiana no es para él. Se refugia en la droga, y el contexto del movimiento hippie lo van convirtiendo en un ser de esa época, barba larga, un discurso esotérico, mal vestido, invita LSD y promueve el amor libre. Alquila una casa en los Ángeles donde se constituirá “La Familia Manson”.
Sus integrantes más asiduos serán Mary Brunner, Susan Atkis, Lynette Foumme, Dianne Lake, Dennis Wilson. Las mujeres se sienten atraídos por este hombre que se siente cristo. Nada es bueno ni malo. Las pasiones fluyen, es lo que dice y cree.
“Yo he sido el demonio, satán, ahora soy cristo. No existe el bien ni el mal, existe lo que sucede. Yo soy su padre y guía y su amor” (Ibíd. p. 43)
En la familia Manson, el sexo, las drogas y la obediencia ciega eran las reglas para contar con el visto bueno de Manson. Uno de sus integrantes se quejó “Charles siempre quería ser el primero en estrenar a las chicas” (Ibíd. 43)
Manson llegó a contactar a gente del mundo de la música, pensó en ser un famoso cantante. No tenía dotes artísticos. Nunca pudo grabar un disco. Esto le enfado. En 1968, cuando los Beatles lanzaron “El Disco Blanco”, ‘descubrió’, un mensaje oculto, se avecinaba en caos en USA. Los negros se rebelarían contra los blancos, él y su familia tendrían que defenderse y buscar un lugar en el desierto. Para ello tendrían que provocar que la policía capturara a los negros y obtener dinero para llevar a cabo sus planes.
El 25 de julio de 1968, algunos de los integrantes de su familia, ingresaron al domicilio de Gary Hinman, quien había heredado una fortuna y algunas veces había estado en las orgías que organizaba Manson, con ese antecedente, se presentó a pedirle dinero. El hombre se negó, y el fanático, tomó un cuchillo y le cortó la oreja y el cuello. Ordenando a uno de sus seguidores, que lo matara y lo apuñalaron. Cuando la sangre inundó el piso, Manson ordeno que se mojara una toalla con la sangre y se dibujara una garra de pantera en la pared. Símbolo del movimiento de los hombres de color “Panteras Negras”; con el fin de que la policía los inculpara.
III
Drogados y con el lavado de cerebro de Manson, un grupo de jóvenes deambulan en un auto robado cerca de un barrio residencial, se detienen en el número 10050 de la calle Cielo Driet. Propiedad del director de cine Román Polawsky, quien estaba en Londres, y su esposa, la actriz Sharon Tate quien estaba encinta, había recibido a algunos invitados.
Los jóvenes, saltan las rejas y asesinan a tiros al sirviente, ingresan al domicilio y un hombre está dormido en el sofá, le disparan. Suben a las habitaciones se encuentra la actriz junto con una amiga. “No me maten, quiero ver nacer a mi hijo” implora Tate.
Los asesinos, ya han matado, están extasiados con lo que han hecho, las atan de las manos y sin más ni más, las mujeres, comienzan a apuñalar a la mujer embarazada.
Como en la otra ocasión, con la sangre fresca, pintan en la pared, la garra de la pantera. Huyen. Manson los ve llegar y se alegra, los convence que lo que han hecho no es malo. Ellos, todavía ignoran que una de las mujeres era la famosa actriz.
Al día siguiente, ese mimo grupo de jóvenes ingresa a otro domicilio y matan a un matrimonio – Lebacci –. En ambos homicidios, sospecha que son problemas de droga. Hasta octubre de 1969, una de las mujeres pertenecientes a la familia Manson, acude a la policía y confiesa el infierno que es vivir con Manson, y describe los crímenes cometidos.
La policía los captura, Manson cobra celebridad y hasta la revista Life de diciembre de 1969, publica en su portada la ficha de detención de Manson. Para muchos hippies el líder de la familia es un mártir.
Se le acusa de crímenes, que él no ejecuto. Pero fue el autor intelectual. Algo no visto, hasta entonces en USA.
Durante el juicio las mujeres asumen su culpabilidad, con tal de que Manson pueda obtener su libertad. El juez los sentencia el 25 de enero de 1971 a 36 años de prisión a Susan Atkis, Patricia Krenwicel, Leslie Van Houten y a Manson. Más tarde, el jurado, cambiara la sentencia a la pena de muerte.
Pero en 1972, en el Estado de California, se deroga la pena de muerte, y sólo se les condena a cadena perpetua.
Manson permanecerá recluido hasta su muerte, ocurrida el 19 de noviembre de 2017, a los 83 años de edad, víctima de cáncer de colon. Durante esos años, concedió entrevistas a diarios, revistas y televisión, seguía siendo el mismo fanático que se sentía llamado a convencer a los demás de sus ideas.
Manson se convirtió en un ícono de maldad, en la cárcel se tatuó una cruz gamada en la frente y frente a las cámaras gesticulaba y atemorizaba a quien lo entrevistaba. No tenía un discurso religioso ni filosófico. Sus seguidores no fueron más de 20 jóvenes adictos a las drogas y con problemas de personalidad.
Manson nunca confeso haber sido el autor intelectual de los crímenes que se cometieron. Actuó como un cobarde. En las audiencias, en más de una vez intento impresionar al juez y al jurado, gritaba, maldecía se subía a las mesas.
De sus 83 años, por lo menos 60 años se los paso en cárceles y como preso. Sólo abandonó la cárcel para cometer más brutalidades.

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