Ernesto Cardenal: El Joven Poeta Religioso y Amoroso.

II
Te doy Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
Un día se divulgarán, tal vez por toda Hispanoamérica.
Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,
Otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(Escritos para conquistarte a ti) despiertan
En otras parejas enamoradas que los lean
Los besos que en ti no despertó el poeta

III

Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:
Yo porque tú eras lo que yo más amaba
Y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
Porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
Pero a ti no te amarán como te amaba yo.
IV
Esta será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta
Famoso
Y leas estas líneas que el autor escribió para ti
Y tú no lo sepas.
V
De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
De estas carreras de caballos,
No quedará nada para la posteridad
Sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
(Si acaso)
Y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos
Y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
Del olvido, y los incluyo también en mis
Versos para ridiculizarlos
VI
Creo que los malos poetas son por falta de humildad, quieren lucirse y llenan la poesía de adornos y de cosas innecesarias.
VII
Darío en la infancia; en la adolescencia me gustó muchísimo, pero ya después dejé a Darío por Neruda, y a Neruda por la poesía norteamericana, que es mi influencia definitiva.
VIII
Me encantaba Lorca también, pero no me impresionó tanto, tal vez por el romance y no era mucho para mí, mientras que Neruda era un verso libre.
IX
Leí todo El capital o casi todo, hay una parte muy aburrida y muy difícil de entender, otra parte muy bella, pero yo lo leía por disciplina también.
X
Tenía las tentaciones sexuales y todo eso, que es normal, pero también tenía una gran felicidad. Con ese sacrificio que tenía que hacer era sumamente feliz, fueron los días más felices.
XI
La brevedad de la vida y la presencia de un más allá son los dos grandes temas de la poesía prehispánica mexicana y lo han sido también, en gran parte, de mi poesía.
XII
Bienaventurado el hombre que no se guía por consignas del Partido

Ni asiste a sus mítines

Ni se sienta en la mesa con los gánsteres

Ni con los Generales en el Consejo de Guerra

Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano

Ni delata a su compañero de colegio

Bienaventurado el hombre que no lee anuncios comerciales

Ni escucha sus radios

Ni cree en sus slogans

Será como un árbol plantado junto a una fuente.

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