Mi Vida con José Revueltas O Cómo Sobrevivir Junto a un Escritor.
(3º Parte y Última)
“Mi hija me decía:
¿Por qué no dejas esa
Cara tan triste y te olvidas
De esos malos recuerdos
De mi padre”.
Olivia Peralta
I
La vida junto a Revueltas, la vida junto a un escritor no es nada fácil para una mujer común, como Olivia; que lo único que anhelaba era formar una familia y donde ella y José mantuvieran a sus hijos.
No, Revueltas era un hombre de partido, dedicado no sólo a la lectura de Marx, Lenin o Hegel; sino incluso a las discusiones de grupo, y a las mujeres. Nunca explotó su amistad con los hombres de Letras. Revueltas hoy dirían los psicólogos por momentos, fue tóxico y chantajista.
Muchas veces le decía a Olivia “Si alguna vez llegara a cometer errores, no me falles, nunca me dejes, ese día muero” (Ibíd. Pág. 45)
Revueltas se ganó el respeto del mundo intelectual, incluso sin tener un título universitario pudo ingresar a dar clases en la facultad de filosofía y letras. Hay quien lo recuerda dando clases lo mismo de materialismo dialéctico o de literatura mexicana.
Como todo escritor, a veces tenía la afición de beber. ¿Cómo era José, el escritor? “Cuando se sentaba a escribir a máquina, sólo existía él y su máquina. También escribía a lápiz; en el silencio de la habitación, solo se escuchaba el ruido del papel, pues recargaba mucho la mano para escribir” (Ibíd. pág. 50).
Revueltas “Se sentía predestinado al aislamiento” dice Olivia, tuvo amigos, pero no dejo discípulos. Nunca perteneció a un grupo literario. Recomendaba leer “Cien Años de Soledad”, pero nunca se adhirió al grupo del Boom.
Una vez escribió que los personajes de Carlos Fuentes en “La Región Más Transparente” y en “La Cabeza de la Hidra” eran huecos, ‘Hablan como riquillos’. Trabajo haciendo guiones y conoció a Luis Spota, el laureado best seller de los años 60’s y 70’s y le dijo “Te hace falta sufrir para que comprendas al ser humano”. De Ricardo Garibay le comentó “eres frívolo, infinitamente frívolo. No te creas hasta te envidio”.
Respeto a Octavio Paz y éste siempre lo reconoció como un hombre cuerdo entre lo que hacía y pensaba. Pablo Neruda abogo para que Díaz Ordaz lo absolviera de los cargos de disolución social.
Irónicamente Revueltas fue contratado en 1967 para realizar las guías turísticas de la olimpiada de México 68. En un evento en el museo de antropología conoció y fue presentado con el presidente.
Ya en Lecumberri, y de gira por USA, a una pregunta de un reportero al presidente, sobre que autor mexicano era su preferido. Respondió el mandatario “entre los escritores modernos, que más leo admiro y a José Revueltas” (Ricardo Garibay, Cómo se Pasa la Vida, Ed. UNAM, 1979, pág. 71).
La obra de revueltas se editó bajo muchas editoriales: editorial Novaro, Fondo de Cultura Económica, pero a su muerte, editorial Era se encargo de editar Obras Completas.
Revueltas muere en 1976 debido a un cáncer en el estomago. Y así lo recuerda Olivia “Yo que tanto luché por olvidarlo, después de separarnos. Siempre hasta el fin, percibí sus mensajes lejanos, eran tan poderosos que los captaba aunque me opusiera, sobre todo a la hora de la muerte” (ibíd. pág. 67)