Napoleón Bonaparte: De la Gloria a la Humillación
Por.  Luis Román 

“he nacido en la miseria. Pero la fortuna ha sido Grande conmigo…”  Napoleón I  Adolfo Hitler nunca dudo en suicidarse, no importaba si era con un tiro en la cabeza o ingiriendo una cápsula de cianuro. Prefirió la muerte a ser expuesto como un animal de zoológico en Moscú, Londres o en USA. Hitler admiró a Napoleón, de hecho, la operación “Barba Roja” – Con la cuál invadió a la URSS el 24 de junio de 1942 – estuvo inspirada en lo hecho por Napoleón un siglo atrás. Ambos fracasarían en su intento de dominar Rusia. Las tropas de ambos morirían enterrados en la nieve. Napoleón viene al mundo el 15 de agosto de 1769, hijo de un matrimonio modesto. Donde su familia se integraba por 8 hijos, 5 varones y 3 mujeres. Su padre muere en 1785, Napoleón tiene entonces 16 años. Desde niño se siente atraído por la historia de Grecia y Roma. Fue alumno de Laplace el físico y astrónomo que revolucionó la ciencia. Napoleón nunca aceptó que su país, Córcega fuera gobernada por Francia. Esto lo hacía ser un joven molesto con la situación política de su tierra. En 1792, cuando tiene 23 años, su pobreza es extrema e incluso llega a empeñar su reloj por $ 15 francos. Ingresa al ejército francés y se destaca por su valor y conocimiento de la estrategia militar. Francia emprende guerras contra Austria donde Napoleón sale victorioso. Para 1797 – a los 28 años de edad – es reconocido como un gran estratega. Inglaterra es dueña del mundo y de medio oriente, así que Napoleón sugiere ir a Malta y a Egipto a echarlos y asegurar la libre navegación de las naves francesas. Napoleón lleva 2 mil hombres y 20 barcos, nunca deja de leer y prepararse “En aquellos barcos va toda una universidad y sus bodegas transportan libros e instrumentos científicos y 2 mil cañones” (A.G. Uson, Napoleón, Ed. Atlántico, 1970, p. 52). Decide ir acompañado de científicos como Monge, Llevar, Laplace y durante las cenas, debate con ello de filosofía y matemáticas. Escucha, trata de aprender de ellos y pese a que no es un fanático religioso, “Se levanta de la mesa y exclama ‘Pueden decir lo que quieran señores, pero ¿quién ha hecho todo esto? Y señalaba las estrellas” (Ibíd. Pág. 53) Triunfa y estudia la civilización egipcia, ordena limpiar las pirámides y llama a Champollion para que descifre todos esos jeroglíficos.  II  De regreso a París, el pueblo y el ejército se le entregan. Y comienza su ascenso con el llamado 18 Brumario, empiezan 15 años de un régimen autoritario y de poder personal. Destruye y crea instituciones a su antojo, siempre guardando la legalidad. Goza de plenos poderes. Todo lo dirige, todo negocia y trabaja sin descanso. Se rodea de los mejores hombres. Napoleón es enemigo de la crítica, y ordena suspender la publicación de 60 diarios.  Es un tiempo de expansión territorial, Europa es pequeña y son muchos países los que la integran. Hay conflictos provocados con Austria, Baviera, Nápoles, España, Portugal e Inglaterra.  Napoleón crea escuelas, universidades y otorga becas a los desempleados. El pueblo lo adora, lo ve como un real salvador. El 24 de diciembre de 1800, a los 31 años de edad, es víctima de un atentado, al llegar al teatro. Sale ileso. Y como si no hubiera pasado nada, entra al espectáculo, mientras la calle está llena de heridos y muertos. En 1803 comienza en verdad su carrera militar, enfrenta a Inglaterra, invade Austria, Italia, Polonia, comienza su acecho a España. Europa cede ante el poderío militar de Francia. El 2 de diciembre de 1804 es proclamado emperador n la catedral de Notre Dame. ¡El Papa pío VII iba a ponerle la corona, ¡Napoleón se la quita de las manos y él mismo se corona, da la espalda al santo padre y dice “! ¡Dios me la da, yo soy emperador!”. La celebración de su coronación dura varios días. Napoleón hace y deshace de Europa, invade territorios, depone reyes y el nombra a sus hermanos príncipes y reyes.  Tiene 37 años y aún no tiene un heredero. Años antes se había unido a Josefina, una mujer viuda y con hijos, mayor que él. Ahora necesita un heredero. Y lo busca con la condesa Waleska de Polonia, no es bella, pero es joven. Napoleón y Francia miran a Rusia, tiene grandes extensiones de territorio. Sin embargo, no es tiempo de actuar, y como buen lector de Maquiavelo de momento prefiere hacer un pacto con el Zar Alejandro I, para después traicionarlo. Invade España en 1808 y con ello indirectamente motivara las guerras de independencia en esas colonias de América. Sin embargo, toda esa concentración de poder, lo lleva a sufrir dolores estomacales que le hacen perder el sentido. la condesa Waleska de Polonia ha dado a luz a un varón, pero ya no le interesa y decide casarse con la archiduquesa María Luisa de Austria. Al año es padre por segunda vez. Es el 24 de junio de 1812, ordena y dirige la invasión a Rusia. Lo que pensó será su gloria, se convierte en su infierno. El ejército ruso no da batalla, huye. Y lo ataca en guerrillas. Napoleón pensó terminar con la invasión a Rusia al final de 1812, no es así. Llega a Moscú sin problemas. Sus generales le aconsejan retirarse antes de que caiga el invierno, puede ser un elemento que juegue a favor del ejército ruso En Moscú lee como loco novelas, teatro y poesía. Ante el temor de una traición o emboscada, pide a su médico le proporcione una bolsita con veneno, para ingerirlo si llega ese momento de su detención. Sale de Moscú perseguido, en el camino mueren 60 mil soldados y caballos, los cañones pesan y son abandonados. Napoleón entra en el ocaso de su carrera política y militar, abdica al trono y se retira a la isla de Elba, donde escribe “No lamenten mi suerte, si he sobrevivido, es porque escribiré grandes cosas que hemos hecho” En Elba sus militares le aconsejan volver a tomar las riendas del poder. Con 2 mil soldados parte a Francia. Y decide invadir los países bajos. Sin embargo, Inglaterra ha tomado ya cartas y lo derrota en la batalla de Waterloo, en Holanda, donde mueren 25 mil soldados franceses y 22 mil ingleses. “Todo está consumado” escribe en sus memorias. III A los 46 años de edad, el 15 de julio de 1815, se rinde y entrega a sus peores enemigos: los ingleses. “He dado por terminado mi carrera política y vengo a buscar amparo en el hogar del pueblo británico. Me pongo bajo las órdenes y protección de sus leyes, que reclama de vuestra alteza real como el más poderoso, más constante y más generoso de mis enemigos” (Ibíd. Pág. 158) Aquel hombre, aquel genio que juro suicidarse antes de caer en manos de sus enemigos. Se rinde ante su peor enemigo. Inglaterra lo lleva a la isla de Santa Elena, en el atlántico y a 2 mil kilómetros de África, lo que lo aislara del mundo civilizado por el resto de su vida. El 15 de octubre de 1815 llega a Santa Elena. Se ordena la vigilancia permanente de su casa, no recibe correspondencia, se le prohíben visitas, incluso la de su madre. “Se levanta tarde, lee mucho, a veces se pasea en caballo y dicta sus “Memorias”. Tenía dolores de hígado y se le veía tristeza” (Ibíd.pág. 161) El 3 de abril dicta su testamento, su salud va empeorando. El 5 de mayo de 1815 se agrava, tiene dolor hepático, fiebre, delira y pierde el sentido. Ha muerto el hombre que quiso hacer de Francia un gran imperio similar al de Alejandro o César. En su testamento pidió ser enterrado en el río Sena, los ingleses, lo sepultaran en Long Wood, un valle árido y caluroso. Tampoco se permitió tener una lápida con su nombre. Así termina la vida de un genio militar que la historia lo reconoce como único. Sin embargo, bajo el marco ético del orgullo militar queda la pregunta ¿Le faltó valor a Napoleón para quitarse la vida? ¿Fue más humillante la decisión que tomó? ¿Se traicionó a sí mismo? ¿Valió la pena vivir en Santa Elena aislado, humillado y morir solo? Los ingleses poco hicieron para atenderlo, incluso algunos historiadores, manejan la idea de un posible

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