Por. Luis Román



“Sin capacidad de innovación
Nadie ha sido grande en su oficio
Y esto es importante…”
Maquiavelo

I
A 552 años de la publicación de ‘El Príncipe’, es necesario conocer un el pensamiento de quien es considerado el padre de la Ciencia Política, Nicolás Maquiavelo.
La Política como actividad humana carece de moral, nada es bueno o malo en ella, es útil o inútil. Los hombres en el poder dejan asomar lo peor de sus ambiciones. El Poder no transforma al hombre, simplemente descubre, lo que estaba oculto.
“El Arte de la Guerra” escrito en 1520 es una de las obras menores del Florentino. Hay quien lo acusa de haberse metido en un tema que no dominaba. Sin embargo, Maquiavelo ve en la política un paralelismo con el arte de dirigir la guerra, sobre todo hoy en el siglo XX y XXI, nació la llamada Planeación Estratégica, un instrumento administrativo que retoma mucho de los términos de la estrategia y táctica militares. Y lo mismo gobiernos que empresas realizan y diseñan sus planes estratégicos, a través de confeccionar objetivos, misión, visión y fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas que circundan a las mismas.
Maquiavelo es claro, hay un símil entre la política y la guerra, entre el general y el político.
Me atengo a la edición Del Arte de la Guerra editado por Libertador en Buenos Aires en 1984. Para explicar a Maquiavelo en ‘El Arte de la Guerra’.
Comenta Maquiavelo “Un hombre de bien no puede ejercer las armas como oficio” (Ibíd. p.34). El hombre que dirige un ejército debe tener ciertos rasgos de temperamento hábil, violento y astuto. Debe saber imponer respeto, su autoridad. Quien carezca de estos atributos será mejor que se retire.
“Pompeyo y César se hicieron famosos por su violencia, no por su honradez” (ibíd. p. 45). El dirigente que encabeza un ejército debe ser un ser violento, pero inteligente. Un León y un Zorro como diría en ‘El Príncipe’.
“Un Rey sabio no puede rodearse de personas demasiado amantes de la paz o de la guerra, siempre acaban induciendo al error” (Ibíd.p.67). Es decir, un jefe de gobierno debe contar con colaboradores diestros en el oficio de la guerra.
“Lo que se ve a diario se desprecia con facilidad” (Ibíd. p.68). Cada mañana, durante 365 días y durante 6 años ¿No cansara a un pueblo con amplias expectativas de camino?
“Los grandes Generales tienen que ser grandes oradores” (Ibíd. p.81). La izquierda en México es placera, todos sus líderes les agrada estar al frente del estrado, sin embargo, pocos han sido buenos oradores. La excepción, es Porfirio Muñoz Ledo. Los demás carecen de este atributo.
“No basta tener un ejército, antes hay que saberlo formar y mandar” (Ibíd. 73). Ese es el reto de todo político y administrador, saber ser un buen líder. Y para ello es necesario identificar a los recursos que se tienen y ponerlos en el mejor lugar donde puedan resaltar.
Sin duda alguna, la actualidad del pensamiento de Nicolás Maquiavelo está hoy más actual que nunca. En su vasta obra hay mucho que aprender para aplicarlo al presente. Un presente cada día más lleno de incertidumbre.

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