Por. Luis Román

(1º Parte)


“El Che siempre iba al encuentro de la muerte”

Fidel Castro




El 28 de junio de 1988, la televisión italiana, a través del periodista Gianni Mina llevó a cabo una entrevista al comandante Fidel Castro. Se estimaba que dicho diálogo, tendría una duración de dos horas. No fue así. La charla se prolongó toda la madrugada, concluyendo a las 8 am del día 29 de junio.
Dicha entrevista se convirtió en un libro, que se vendió por millones de ejemplares en el mundo. Cabe destacar, que en ese tiempo no existían las redes sociales. “Habla Fidel” (Ed. Diana, México, 1988, 387 p.).
Fidel hablo sobre muchos y diversos temas: Gorbachov, la Perestroika, el socialismo en el mundo, la revolución socialista y su viabilidad.
Tocó el tema del Che Guevara y este, este tema que nos ocupa en este artículo. A casi 21 años de la muerte del Che. Fidel habló así:
“Fíjate, que muchas veces he soñado que habló con él. Qué él, está vivo. Me despierto y sólo entonces me doy cuenta que no está” (Ibíd. 345).
Fidel conoció al Che en México, y desde entonces se hicieron amigos. Ambos trabajaron como choferes en la línea interna de los autobuses que recorría la ciudad universitaria. Y Fidel, discutió a Marx, a Martí y a la real posibilidad de hacer una revolución en Cuba, que en verdad fuera única.
Dice Fidel “Yo lo conocí muy bien, desde que llegó a México. Hasta el último día que estuvo en Cuba” (Ibíd. 346).
Fidel sería padrino de la primera hija del Che y de Hilda, la pequeña Hildita. Compadres al fin. Fidel supo también de los amoríos de Ernesto en Cuba con Aleida. Aunque siempre fue vista por Fidel como una mujer de a rato.
II

Fidel al parecer, no dejo nada personal escrito. Es decir, algunos diarios personales, cartas a amigos o familiares. A diferencia del Che, que tenía esa afición por escribir, desde versos, diarios personales, resúmenes de libros o reflexiones.
“Él se había graduado de médico, hacía investigaciones, era muy riguroso en el estudio de las cuestiones del marxismo y en ese sentido era escéptico” (Ibíd. p.346).
El Che creía que el capitalismo no era sólo la supresión de la propiedad privada y las clases sociales. Sino creía como lo había visto Marx, que mientras existiera egoísmo en el ser humano. No terminaría la explotación. Bajo esa óptica era un escéptico del mismo socialismo. Se quedaba con las ideas filosóficas del joven Marx de los “Manuscritos de 1844” (Ed. Grijalbo, 1980, México).
¿Cómo era el Che como militar y hombre? Fidel es preciso “Tuve que tener mucha paciencia con él. Era impulsivo, valiente, audaz y a veces temerario” (Ibíd. p. 347).
Ernesto siempre fue un rebelde, un guerrillero. Nunca se sintió a gusto en la inmovilidad. Cuando llegó a México, su idea era ir a Europa, Asia o África, y en eso conoció a los cubanos.
Trató de hacer investigaciones sobre enfermedades tropicales. Sin embargo, tampoco tuvo la calma y paciencia para estudiar una especialidad médica. Era un autodidacta de economía, filosofía, matemáticas y literatura. Siendo director del Banco de Cuba. El gobierno, le contrató un profesor para que lo introdujera en las cuestiones bancarias. Al final, terminó renunciando al cargo.
“El Che siempre iba al encuentro de la muerte” ( Ibíd.p.349), esa era una de las más importantes características de Ernesto. Tal vez, siempre fue un militar, y no un médico.
El grupo de los 12 que salieron de Veracruz, eran profesionistas, campesinos, obreros. Ninguno era militar. Fidel se destacó de inmediato como un gran líder. Ernesto fue poco a poco transformándose en militar. Tan es así que al concluir la etapa armada de la revolución. Escribió un texto de tema militar, que incluso estuvo a punto de publicarse en china junto con los escritos militares de Mao Tse Tung. “Guerra de Guerrillas” (Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1980) fue y es un libro valioso desde muchos puntos de vista.
El Che ve en la revolución cosas y decisiones que no lo terminan de convencer. Renuncia a sus cargos y desea ir a probar su teoría del “Foquismo revolucionario”, expresada en su libro. Repetir la hazaña de Fidel y sus barbudos.
Y dice Fidel “empezó a sentir impaciencia por llevar a cabo sus viejos planes y sus viejas ideas. Estaba muy interesado en África, así que vimos la posibilidad de mandar un grupo al Congo, pero realmente no había condiciones de una revolución. Estuvo algunos meses en Tanzania con un grupo de 100 compatriotas. Esto nunca lo hemos publicado, es reservado” (ibíd. p. 353).
El Che ha pasado a escribir una carta de despedida al pueblo cubano, donde renuncia a su nacionalidad cubana y reconoce el liderazgo de Fidel. Los rumores van desde que Ernesto está muerto, hasta que está preso. El propio Fidel lee la carta en un evento público.
Ernesto ha fracasado en África ¿Qué iba hacer? Regresar a Cuba. ¿Cómo? “Él no quería regresar, le daba pena, pensaba que había fracasado. Regresa a Cuba de manera clandestina y permanece tres meses en una zona montañosa, preparándose para otra misión internacional. Tal vez argentina, siempre pensó en su patria” (Ibíd. p. 354).
El Che no cabía en ningún lado, era un hombre de ninguna parte. Su vida era y había sido un ir y venir.

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