Escritor y Columnista



Mañana, tarde y noche éramos sometidos a burlas, insultos y golpes porque éramos “Negros”. ¿Quién podrá olvidar que el negro era tratado como “tú”, no porque fuera un amigo, sino porque el respetuoso “usted” estaba reservado para el hombre blanco?

No hemos olvidado que la ley nunca fue la misma para el blanco y para el negro, que era indulgente para unos, y cruel e inhumana para los otros.

Patricio Lumumba
1960
I

El pasado 27 de enero, se difundió una noticia en los diarios y redes sociales, que apenas se leyó. El movimiento guerrillero M – 23 (Movimiento 23 de marzo) del Congo había tomado la ciudad de Goma. Los rebeldes entraron a la ciudad realizando actos de pillaje, masacrando hombres y ancianos. Entraron a la cárcel de la localidad. Donde estaban recluidas más de 167 mujeres, ingresadas por delitos menores.
Los rebeldes las violaron tumultuariamente, las golpearon y más tarde las encerraron en las celdas para prender fuego a la cárcel. El saldo de ese lunes de enero fue en verdad trágico.
Según la ONU más de 3 mil muertos se contaron en las calles de goma. Miles de desplazados y gente sin posibilidad de obtener comida es hoy el panorama en Goma.
El mundo ignora lo que ocurre en el Congo, pero hoy no podía vivir sin sus recursos. La República Democrática de Congo es un país muy rico en recursos naturales, sobre todo minerales.
Entre los más codiciados se encuentran cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, casiterita y coltán.
Esos minerales cruzan las fronteras de forma clandestina para que otros se puedan enriquecer gracias a ellos, mientras la población congoleña se queda en la pobreza.
El Coltán es básico para el funcionamiento de teléfonos celulares y autos eléctricos. Sin embargo, el mundo permanece hoy callado.


II

El conflicto tiene tintes xenofóbicos y económicos. El M23, que se formó en 2012 y aceptó a entablar negociaciones de paz con Kinshasa en 2013, ha vuelto a tomar las armas, alegando que el gobierno congoleño no ha cumplido con los acuerdos de paz y que no se han abordado las preocupaciones de la comunidad tutsi en el este del país.
Desde el inicio de su ofensiva, el grupo ha capturado varias localidades estratégicas en la provincia de Kivu del Norte, lo que ha llevado a un aumento en el número de desplazados internos y a una crisis humanitaria en la región.
Los rebeldes del Movimiento 23 de marzo, apoyados por tropas ruandesas, afirman haber capturado la estratégica ciudad de Goma, un importante enclave en el este del Congo.
Esta región es clave no solo por su posición geopolítica sino por contener riquezas minerales valoradas en 24 billones de dólares, que en gran medida permanecen sin explotar.
una fuente de seguridad confirmó que el M23 y las tropas ruandesas tomaron el aeropuerto de Goma, donde “más de 1.200 soldados congoleños se rindieron y fueron confinados en la base de la MONUSCO (Misión de la ONU)”.

El avance rebelde ha obligado a miles de personas a huir, sumándose al millón de desplazados que ya se encontraba en Goma. Los hospitales están colapsados, con cientos de civiles heridos que quedaron atrapados en el fuego cruzado.

Las fuerzas armadas congoleñas (FARDC) han respondido con operaciones militares para intentar repeler a los rebeldes, pero los enfrentamientos han resultado en numerosas bajas y han exacerbado la situación de seguridad. La población civil se encuentra atrapada en medio del conflicto, con informes de ataques a aldeas y violaciones de derechos humanos.
El mundo ha cerrado los ojos frente a lo que ocurrió el Goma. El mundo se olvida de África.

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