Por. Luis Román


Cuando nos sumergimos
Tú en mí y yo en ti
Cuando nos olvidamos
Tú en mí y yo en ti
Sólo entonces
Yo soy yo
Y tú eres tú.
I
Lo encuentro entre el montón de Chácharas, ropa usada, zapatos y juguetes que Don Rubén ‘El Conejo’; tiene en su puesto que diario pone en el mercado del rastro viejo, por el norte de la ciudad. Los sábados y domingos es una romería que cruza la calle aluminio y Congreso de la Unión. Para quienes nos gusta la lectura, es un martirio no poder ir a las librerías y comprar un libro recién editado; nos conformamos ir al mercado de ‘pulgas’, donde de vez en cuando, se pueden encontrar uno que otro libro usado, nuevo o robado en menos de $50.
Está embolsado, su portada color verde olivo me llama la atención, el título es “El Lector”, de un alemán, Bernhard Schink, en la contraportada señala que nació en 1944 y ha escrito varias novelas sobre el Holocausto, y ha sido traducido a otros idiomas recientemente. La editorial es Anagrama de España, supongo que en Gandhi o Porrúa fácilmente tendría un precio de $200 o $ 300. ¿Cuánto Rubén? – Pegunto al ‘Conejo’ el mejor vendedor de chácharas del rastro viejo – “! ¡Deme $20!”
No dudo y se los pago de inmediato. Llegó a casa, atiendo a mi hija, me siento en el sofá, bebo una cerveza acompañada de una botana de frituras, y comienzo a desnudar al libro, no sé cuántas horas pasarían, porque no pude dejar la leer la obra hasta entrada la noche. Y conste, no soy un lector de autores contemporáneos.






III
La trama es sencilla, un joven alemán de 15 años, enferma de hepatitis. De regreso a su casa, le da un ataque de nauseas y vomito. Un mareo hace que se tambalee, y se toma del poste. Una mujer de unos 32 años, lo veo, lo abraza y lo lleva a su departamento. Le pregunta por su dirección. Lo recuesta en su cama, más tarde lo lleva a casa.
La Mamá del joven Michel Beug, le da las gracias a Fran Scmitz. Transcurren los días de convalecencia. El muchacho no olvida a la mujer que lo salvó. Ya restablecido, y por sugerencia de su mamá, le lleva unos chocolates en agradecimiento.
Toca la puerta, la mujer abre, lo deja pasar, él se queda deslumbrado de la belleza de la mujer, quien es alta, rubia, ojos azules, y está en bata de baño. Algo mágico entre ambos transcurre que él termina en los brazos y senos de la Mujer. Hacen el amor, él virgen se porta como un bobo, ella, lo guía. Es el inicio de una aventura y romance entre un muchacho de 15 años y una mujer de 34 años. Quien labora en los ferrocarriles que atraviesan la Ciudad de Berlín. Estamos hablando de fines de los años 30’s, es el ascenso del nazismo en Alemania.
El joven no hay día y noche que no piensa en su amada. Al salir del colegio, va a buscarla. Y siempre terminan unidos, pegados, sintiéndose infinitos. ¡Al terminar de hacer el amor, ella le pide “! ¡Léeme algo de lo que estás viendo en la escuela!”.
Michel lee a Goethe, Kant, Shakespeare, Dante, Ovidio, Homero, Cervantes, Novalis, y otros grandes autores.
Su relación se acentúa, crece, sus padres se dan cuenta que algo ha pasado en el joven, pero no se atreven a preguntarle nada. Una tarde Michel va al departamento, y recibe la noticia, que su amante, se ha ido sin decir nada ¿Dónde habrá ido?
Michel va a la estación de trenes y sólo le dicen que ella, se fue al saber que la iban a promocionar como boletera. ¿Dónde quedaron tantas promesas y tardes de amor y erotismo?


IV
Bernhard Schink es un hábil novelista, sabemos que la obra se desarrolla en plena segunda guerra mundial y nazismo. Sin embargo, no aparecen en primer plano. Ha terminado la guerra. Comienza la reconstrucción y los juicios contra los nazis. Él ha estudiado Derecho y como joven pasante, acude a los tribunales. Cuál va a ser su sorpresa al ver a Fran Scmitz, acusada de crímenes contra la humanidad. Fue celadora en el campo de concentración de Auschwitz.
Sus acusadoras señalan que era cruel, inhumana y que gozaba con mandar a los hornos a los judíos. Y un dato curioso, una noche antes de ir a la muerte, les pedía le leyeran libros ¿Por qué?
El juicio continuo, Michel y Fran Scmitz se ven, se reconocen, pero no se hablan. Al final ella será juzgada a cadena perpetúa. Él como abogado, trata de reunir pruebas a favor de su amante, argumentando que las hacía leer porque no sabía leer ni escribir. Era analfabeta, por eso no quiso ser boletera y por eso, a él le pedía leer libros. El juez desecha ese argumento.
Michel nunca va a verla a la cárcel, pero graba cintas – casetes – con las obras literarias que a ella le gustaban y se las envía a la cárcel. Él contrae matrimonio, y a su esposa, le platica de su aventura juvenil.
Una tarde, recibe una carta de Fran Scmitz, con una letra de escolar, después otra y otra, hasta que la caligrafía se perfecciona ¡Ha aprendido a leer y escribir! Pero nunca la va a visitar a la cárcel.
Michel se divorcia, y establece otro romance. Recibe una carta de la directora del penal, Fran Scmitz va a quedar en libertad. Y requieren que un amigo o familiar se haga cargo de ella, es 1962.
¿Cómo? ¿Para qué?!Ha pasado tanto tiempo de aquello! Acude a la cita, la directora le pregunta si él, podría conseguirle un apartamento y un empleo, en una semana estará en libertad. No ve a su amante ese día.
En su barrio se apalabra con el tendero y con un casero, todo está arreglado. Va a verla un día antes su libertad. La encuentra ya con más de 60 años, vieja, desaliñada, gorda y seria. Se reconocen. Ella le da las gracias por los casetes. Pregunta si van a vivir juntos, él le comenta que no es posible, pronto se casará. Se despiden.
Ese día por la noche, le llaman por teléfono. Es la directora: Fran Scmitz se ha suicidado en su celda. Le piden ir a reconocer el cuerpo. Acude. La directora le informa de todo, y le recrimina porque nunca fue a verla a la cárcel. Siempre preguntaba si no había visita para ella.
Michel, reconoce el cuerpo, sale de la cárcel. Días después visita la tumba. Y nunca más regresa.
He aquí algunos de los paraderos literarios de la obra:
V
1.- Siempre que he pasado una noche con alguna mujer, he creído que he recibido un regalo excepcional de Dios.
2.- Exploré su cuerpo con mis manos y luego con mi boca.
3.- ¿Por qué lo que fue hermoso, cuando míranos atrás se nos vuelve quebradizo al saber que oculta verdades amargas?
4.- Cuando nos sumergimos
Tú en mí y yo en ti
Cuando nos olvidamos
Tú en mí y yo en ti
Sólo entonces
Yo soy yo
Y tú eres tú.
5.- Negar a alguien es un tipo de traición.
6.- Ella se limitaba a concederme en su vida el espacio que le convenía.
7.- Ella no sabía leer por eso le gustaba que le leyeran
8.- Cuando no se expresan los sentimientos se agotan y se secan
9.- Toda generación tiene el deber de rechazar lo que sus padres esperan de ella.
10.- Y en los deseos y añoranza de hoy se ocultan el deseo y la nostalgia de lo que fue.




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