Por. Luis Román



“Yo parezco haber nacido para no aceptar
Las cosas tal como me son dadas…”
Julio Cortázar


I
Murió el 12 de febrero de 1984, tenía 70 años, la leucemia no se tentó el corazón. Octavio Paz señalaba que “Julio Cortázar, nunca dejó de tener cara de niño grande, pese a su tupida barba”.
Gabriel García Márquez lo admiró, en 1957 al llegar a París donde escribiría “El Coronel No Tiene Quien le Escriba”, iba a buscar de lejos a Julio a un café existencialista, donde acudía. Lo vio entrar, nunca se atrevió a interrumpir a ese hombre de casi 2 metros que mientras bebía café y fumaba, escribía y escribía, otras leían como loco.
Mario Vargas Llosa, lo respetaba, al igual que Pablo Neruda. Jorge Luis Borges fue quien le publicó su primer cuento. Maestro y Alumno, ambos escribían literatura fantástica. Cortázar, sin embargo, y pese a ser argentino y belga no era soberbio. A quien admiraba y cuando vino a México por primera vez, lo primero que hizo fue ir a conocer al ‘Maestro’ Juan José Arreola. Le admiraba la brevedad de sus relatos, las palabras certezas y su imaginación.
Julio Florencio Cortázar Descotte nació en Ixelles, Bélgica el 26 de agosto de 1914. Vivió tanto la infancia como la adolescencia e incipiente madurez en Argentina y, desde la década de 1950, en Europa. Residió en Italia, España, Suiza y Francia, país donde se estableció en 1951.
Hijo de diplomáticos, aprendió hablar lo mismo francés, que alemán, inglés y perfectamente español. Trabajó como traductor en UNESCO, de ahí darían origen a dos obras maestras de la traducción “Los Cuentos Completos de Edgar Allan Poe” (Ed. Alianza) y “Las Memorias de Adriano” (Ed. Círculo de Lectores).
Julio fue profesor de primaria en su natal argentina, en la Universidad estudió filosofía y continúo dando clases de literatura. Así se inicia como un joven cuentista y poeta.
II
Como todo escritor tenía algo de bohemio y enamorado, “El amor es un contratiempo” afirmaba a preguntársele sobre su obra no tan amplia. Tuvo oficialmente tres mujeres en su vida: Aurora Bernárdez, una traductora de francés, la lituana Ugné Karvelis quien despertó su pasión por la política; la escritora estadounidense Carol Dunlop. A la muerte de ésta, Aurora de nuevo volvió con él. A su muerte, no quiso que ni el Gobierno Francés, ni Cuba, ni Argentina le hicieran homenaje alguno. Al día siguiente de su muerte, lo enterró en el cementerio de Monteparnasse donde lo acompaña Julio Verne, Jim Morrison entre otras celebridades.
Julio fue simpatizante de la Revolución Cubana, defendió a la Isla del Bloque que USA impuso, amigo de Fidel Castro y “Che” Guevara. En 1977 fue defensor de la Revolución Nicaragüense. Durante las dictaduras militares en Argentina y el Cono Sur fue un crítico de la brutalidad militar. Trató de ser un escritor comprometido con las causas populares.
Como Novelista publicó en 1960 “Los Premios”, en 1963 “Rayuela”; en 1968 “62 Modelo para Armar”, en 1973 “El Libro de Manuel”. Como cuentista se abre paso en las letras latinoamericanas con “Bestiario” de 1951, “Final de Juego” de 1956, “Las Armas secretas” de 1959, “Todos Los Fuegos del Fuego” de 1966, “Octaedro” de 1974, “Alguien Que Anda Por Ahí” de 1977, “Queremos Tanto a Glenda” de 1980, “Deshoras “de 1982.
Su prosa es fina, los adjetivos precisos, y su estilo es culto. Su personalidad e ideología no corresponde a esa maestría para escribir. Con Rayuela rompe esquemas de lectura al proponer 4 o 5 maneras de leer la novela. Ir de un capitulo a otro y de manera lineal.
De los integrantes del llamado ‘Boom’ latinoamericano: García Márquez, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, José Donoso y otros, es quizás el autor más completo y complejo. Como docente de literatura sabe de historia y de técnicas, como traductor manejo otra visión del mundo. Como periodista, cuentista, novelista y cronista no hay nadie en ese momento quien lo iguale.
III
Como poeta es exquisito, hasta hoy gracias a las redes sociales. Su obra literaria se está divulgando ¿Quién no ha compartido en los últimos años un cromo de Julio Cortázar?
Para muestra un botón, su poema Bolero, es expresión de maestría y sentimiento:
Qué vanidad imaginar
Que puedo darte todo, el amor y la dicha,
Itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
Todo lo mío te lo doy, es cierto,
Pero todo lo mío no te basta
Como a mí no me basta que me des
Todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
La pareja perfecta, la tarjeta postal,
Si no somos capaces de aceptar
Que sólo en la aritmética
El dos nace del uno más el uno.
Siempre fuiste mi espejo,
Quiero decir que para verme tenía que mirarte.
La lenta máquina del desamor
Los engranajes del reflujo
Los cuerpos que abandonan las almohadas
Las sábanas los besos
Y de pie ante el espejo interrogándose
Cada uno a sí mismo
Ya no mirándose entre ellos
Ya no desnudos para el otro
Ya no te amo,
Mi amor.
Hace 35 años descubrí a Julio Cortázar, cuando ingresé al Bachillerato, la maestra de redacción nos hizo leer al escritor, recién fallecido. Desde Entonces no hay año que no lo lea.
Aquí algunas Frases o Paraderos Literarios de Julio:
1.- “Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”.
2.- “Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”.
3.- “La explicación es un error bien vestido”.
4.- “No renuncio a nada, simplemente hago lo que puedo para que las cosas me renuncien a mi”.

5.- “La cultura es el ejercicio profundo de la identidad”.
6.- “¡Música! Melancólico alimento para los que vivimos de amor”.
7.- “Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo”.
8.-Estar vivo parece siempre el precio de algo”.
9.- “Cada vez sospecho más que estar de acuerdo es la peor de las ilusiones”.
10.- “Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás”.
11.- “En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas”.
12.- “Cuando me hayan devuelto mi casa y mi vida, entonces encontraré mi verdadero rostro”.
13.- “En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento”.
14.- “Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha”.
15.- “Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra “madre” era la palabra “madre” y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba”.

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