Luis Román

Escritor y Columnista


(2º Parte)

“Sólo Dios,
Es Sabio…”
Platón
I
El siguiente gran pensador griego que escribió sobre Dios fue Platón (427 – 347), quien fue discípulo de Sócrates. Tanto lo admiró y tuvo influencia en él, que a través de sus “Diálogos” (Ed. Porrúa, México) un conjunto de obras filosóficas, donde el personaje central es Sócrates debatiendo y teorizando sobre los diversos temas de la filosofía: el amor, la muerte, la sabiduría, la política, la vejez, la inmortalidad del alma,  y la existencia de Dios.
Sócrates no dejó escrito documento alguno, ni alguna línea. Todo lo que sabemos de él, y de su pensamiento lo sabemos por sus alumnos – Platón y Jenofonte -.
Platón pertenecía a una familia rica y noble de Grecia, de joven fue un andador, que viajó lo mismo a Egipto, Oriente y fue un estudiante no sólo de filosofía, también de las matemáticas.
A la muerte de su maestro, funda “La Academia”, el primer dentro de estudios filosóficos de la antigüedad. Donde tendría como alumno, al joven Aristóteles.
Para Platón al igual que para Sócrates, el desarrollo del universo, del mundo y del hombre descansa en el desarrollo de las contradicciones que en ellos existen. El mundo está hecho de cambios.
Al sembrar una semilla, ésta se hace árbol y más tarde en fruto y flores. Todo en el universo y en la vida humana está en el devenir.
Para Platón el hombre conoce a través del error y la comprobación, sólo de esa manera se puede llegar a la verdad (Zea, Leopoldo. Introducción a la Historia de la Filosofía, Ed. UNAM, 1999, pág. 23).
La teoría del conocimiento que plantea Platón, se adelantara a su tiempo. El hombre conoce al mundo a través de los sentidos y las sensaciones. Lo que da origen a las opiniones. Si el agua del río o del mar, está fría o caliente por ejemplo.
Sin embargo, el individuo posee un atributo que lo hace un ser superior: La razón. A través de la reflexión, del análisis de la realidad, el hombre trata de encontrar una razón lógica a los fenómenos que existen en la realidad. A partir de entonces el hombre crea ciencia y construye lo que se llamará Epistemología (Teoría del Conocimiento) una rama de la filosofía vital para la ciencia.
II
Para Platón a lo largo de toda su obra (Larroyo, Francisco. Historia de la Filosofía, Ed. Porrúa, México, 1980) considera que Dios:
I.- Dios es el amor más sublime que pueda existir: Dios al crear el universo, al mundo y al hombre, estuvo libre de celos. Todo nos lo dio al darnos al sol, la luna, los mares, los bosques, los animales y sobre todo al darnos la vida, como seres humanos y pensantes.
II.- Dios creó al universo, al mundo y a los seres humanos parecidos a él. Tenemos algo de divinidad. Si queremos saber la existencia de dios, basta con mirar lo que nos rodea y mirarnos a nosotros mismos.
III.- Dios es tan grande e infinito, y nosotros tan pequeños y finitos. Que Dios está más allá de nuestra comprensión. Jamás podremos comprender a Dios, su existencia y sus decisiones. Sólo nos queda aceptar lo que él dispone.
IV.- Dios es posibilidad y realidad. Nuestra vida, el mundo y el universo pueden dar un giro a favor porque Dios nos da esa posibilidad. Y es real, al mirar lo creado por él.
V.- Dios es armonía, y basta ver y contemplar el universo, las estrellas, la luna, al sol y así como los mares, bosques, desiertos y sus creaturas para comprobar que esa armonía que jamás podremos explicar.
Platón y sus ideas sobre Dios repercutieron en la edad media, en San Agustín y Santo Tomás de Aquino, quienes adaptaran muchas de estas ideas al cristianismo. Y la iglesia católica irá amalgamando su propia teología católica.
¿Dios determina la vida de los hombres? ¿Está a sus órdenes y caprichos de Dios? No, Platón cree que el individuo es como el conductor de un carrueja. Donde está guiado por un par de caballos negros, que representan las pasiones, los vicios y todas las fuerzas negativas que pueden destruir la armonía de la vida del hombre. Y otro par de caballos blancos, que representan el honor y la templanza, el bien. El hombre es el conductor de ese carruaje, y posee una virtud que lo distingue de los animales: la razón.
Depende de los valores y educación del individuo y del control que posea para dominar las pasiones e ir por el camino del bien. La vida es entonces para Platón un equilibrio inestable entre estos caballos que guían el camino del hombre.

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