Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Pablo Neruda
I
A Camacho lo cambiaron del hospital, donde era vigilante, por su rebeldía. Era un buen compañero, era amable y siempre nos ofrecía relojes de mano, bolsas o esmaltes para las uñas.
Era un tipo serio, de unos 63 años, medio delgado, moreno y trabajador. Hasta que llegó Coral y se volvió loco. Se enamoró de ella como un adolescente. Ella era obesa, baja de estatura y déspota. Pero compartían todo el turno y eso supongo hizo que de la relación diaria naciera algo más. Entre hombre y mujer nunca hay amistad.
En diciembre se rumoró que Camacho dejó su casa, abandonó a su esposa y nietos y le rentó un cuarto a Coral. Ver para creer, el amor en la vejez es más terco, que en la adolescencia o juventud. Por una sencilla razón: la gente cree que se les va la vida.
Eran el contraste: él era amable, y sufría con la diabetes cuando rompía la dieta y se descompensaba. Ella de un humor de los mil diablos. Soltera sí, pero con muchos hombres en su piel. Desde que se fueron a vivir Camacho ya no tuvo para surtirse de su mercancía. Compraba comida, le daba para el taxi, y a veces a todo mundo le pedía prestado: a sus compañeros, médicos y enfermeras. Pero, dejó de pagar y ya nadie le prestaba.
Ahí comenzó el principio del fin de su romance, las mujeres cuestan y un hombre viejo a una mujer joven, sólo le puede dar lástima o dinero.
II
Sentías de nuevo esa emoción que sólo los hombres sentimos al ver que una mujer más joven se siente atraída ¿Hace cuanto que había sido la última vez que te habías encendido por una mujer? Ya ni te acordabas, la monotonía del matrimonio te borraba la memoria ¡carajo!
Sentir de nuevo la emoción de tocar y acariciar un cuerpo desnudo de mujer es la vida. Las mujeres son la mejor escuela de la vida de los hombres.
Coral me ha traído vida, me da emoción. Soy un viejo y luego enfermo ¿Quién se iba a fijar en mí? Nadie, solo las putas y eso pagándoles y a contra reloj, así no sabe un cuerpo ni un orgasmo. Ese no es amor, es necesidad del cuerpo.
III
Camacho se echo problemas con su familia, primero irse con Coral, pagar renta, dejar de darle dinero a su mujer y nietos. Luego en el trabajo se endeudo y termino por descuidar su guardia por estar teniendo intimidad con Coral en cualquier rincón del hospital.
Enamorarse estando viejo es una trampa que sale caro. La mujer y la cama no son gratis.
IV
Hoy vi de reojo al hermano de Camacho, venía de la farmacia, me reconoció y me dijo:
- “¿Ya sabes que, a tu amigo, cortaron la pierna el lunes pasado? ¡El cabrón no llevo la dieta, se dio la gran vida con una fulana de su trabajo y ve…! ¡Cojo! ¡Es un espectro de hombre! Hasta llora de verse así, ni ha querido usar sus muletas. Su mujer se fue con los nietos ahí pasó a dejarlo.
De momento no le creí, pero al ver tanto medicamento en sus manos, dudé de mí y fui a verlo a su casa.
Cruce su portal, camine por un patio lleno de macetas y entre a un cuarto donde había una cama, lo inundaba la oscuridad pese a ser medio día. Y el cuarto olía a enfermedad. Ahí estaba Camacho, recostado, fingiendo dormir, al sentir mi presencia abrió los ojos, no dijo nada. Se le salieron unas lágrimas de los ojos y me dijo: - “! ¡Que hay compa…! Véame aquí, hecho pedazos, soy un medio hombre…Ya no tengo familia…mi mujer se largo con los niños y ahora aquí dando molestias con mi hermano. ¡pinche carga que soy! ¿Pero sabe compa? Estoy fregado, triste. Pero fui feliz, aunque sea por unos meses con la Coral. Terminó por irse cuando se me acabo el dinero. Pero ella me dio vida, con ella volví a sentirme vivo compa, volví s sentir la emoción de estar enamorado y de estar durmiendo con una mujer. Eso no se paga con nada…No me derroto la diabetes, yo la desafíe y tuve ganas de estar con una mujer y se me entrego ¿Gane o perdí Compa, dígame usted?
Al terminar Camacho comenzó a llorar como un niño, quedé callado. No supe que responderle.