* Luis Román

“En 1944 recibió por derechos de autor la cantidad de $ 100 y con gran dolor me dijo ‘Debería enmarcarlo, sino fuera porque lo necesitamos para pagar la renta y comprar la comida”
Rodolfo Usigli.
I
La pareja decide casarse, recuerda Argentina “nos casamos el 15 de noviembre, cenamos en El Patio, y de allí al Hotel Regis, pasamos la noche en la suite presidencial. En mi noche de bodas, me lleve un susto tremendo, ¡yo no había visto a un hombre desnudo y menos tratando de penetrarme!”(Ibíd.pág. 37)
Fue al final una noche entre desastrosa y traumática y a ratos placentera. Sin embargo, las letras no son un buen negocio y menos el teatro, era difícil no sólo escribir, sino que algún director leyera la obra y decidiera ponerla en escena, buscar el apoyo de un productor. Usigli escribía poemas, eran buenos pero no impactaron en su momento. Escribió una novela “Ensayo de un Crimen” y vendió los derechos a Buñuel porque “Habíamos pasado meses en los cuales no teníamos ni para comer y vivíamos al día” (Ibíd. pág. 39).
Usigli hijo de padres italianos y con ellos, aprendió no sólo italiano, también inglés y algo de francés. “Hacía traducciones de folletos sobre temas de economía y discursos para Carlos Nava, gerente del Banco de México, y le pagaba $ 750 al mes, pero todo ese dinero integro iba a parar a manos de su esposa y su hija. Escribía en Excélsior, Revista Hoy y Siempre pero ni así nos alcanzaba para vivir” (Ibíd. pág.39)
La mujer de un escritor debe de estar resignada a aguantar y aceptar que las letras dan reconocimiento y pocas veces frutos monetarios. Argentina comenta que Usigli recibía un pago de $50 al día por cada artículo que publicaba en Excélsior, pero le pagaban después de las 3 de la tarde. Por lo cual, ella recibía su gasto a las 4 de la tarde y a esa hora corría al mercado a comprar para hacer la comida. Aun cuando sus amigos le habían conseguido unas horas en la facultad de filosofía y letras. Impartió la clase de Análisis y Composición Dramática; ahí tuvo como alumnos a Jorge Ibargüengoitia, Samuel Ramos, Leopoldo zea, Ricardo Garibay, Rosario Castellanos y Daniel Cosío Villegas. Fue un profesor exigente, pero el dinero nunca alcanzaba. La renta del departamento terminaba su quincena antes de 8 días.
Argentina muchas veces fue a buscar trabajo pero, Usigli nunca la dejo “Era muy absorbente y no me permitía tener iniciativa para desarrollar mi personalidad y escoger mis amistades. Él sólo quería que lo acompañara a dónde él decía, se imponía. Era muy celoso, intempestivo, egoísta, tirano y muy dominante. Y más se bebía alcohol” (ibíd. pág. 90).
Usigli fue ganando terreno como guionista, amigo de políticos y directores de cine y teatro. Una vez le confeso a Argentina, estar “harto de vivir en dos extremos, la miseria y la gloria”
De joven había sido jefe de Prensa del Presidente Lázaro Cárdenas, tomaba notas taquigráficas y acompañó al General por todo el país. El trabajo no era estable. Usigli tenía amigos, así que tenía que recurrir a los políticos para estar en la nómina.
“En 1944 recibió por derechos de autor la cantidad de $ 100 y con gran dolor me dijo ‘Debería enmarcarlo, sino fuera porque lo necesitamos para pagar la renta y comprar la comida” (Ibíd. pág. 131).
Usigli tenía dos mujeres y las que le agradaban, una hija así que lo mismo era burócrata, que periodista, dramaturgo y a veces hacía traducciones. Algunas de las obras que tradujo con gran calidad fueron; “El Burgués – gentil Hombre” de Moliere, “Andrócles y el León” de Bernard Shaw, “El sol Sale Para Todos” de Hemingway, “La Condición Humana” de André Malraux, “México Tierra Linda” de Jacques Soustelle, y “Canto a Mí Mismo” de Walt Whitman
Sin embargo, Usigli no estaba conforme con su vida cotidiana. Necesitaba la seguridad y estabilidad monetaria; así como el tiempo para leer y escribir. Estos trabajos eran literarios, pero lo distraían para hacer lo que en verdad quería hacer. Argentina recuerda “Un día se levanto y me dijo ‘Ya estoy harto de esta pobreza, no gano lo suficiente iré a ver al presidente Ruiz Cortines. Tomó su saco y salió, tardo horas y cuando regresó, me dijo entre risas y abrazos ‘¡ Chiquita, eres la ministra plenipotenciaria de Líbano y de Etiopía” ( Ibíd. pág. 224)
El dramaturgo que tanto había criticado a los gobiernos de la revolución, hoy era embajador de México en Líbano y Etiopía. Su vida daba un giro de ciento ochenta grados.
De igual manera, para Argentina comenzaba una nueva etapa, más desgraciada. Ya no llena de miserias, ahora de infidelidades, golpes e insultos por parte de Usigli.