Luis Román

Escritor y Columnista


“Un Rey sabio no puede rodearse de personas demasiado amantes de la paz o de la guerra, siempre acaban induciendo al error”
El arte de la Guerra
Maquiavelo.

El presidente Trump ha decretado que los carteles de la droga de México sean considerados como grupo terroristas. Con lo cual, se declara que son una amenaza interna y externa para USA. La CIA – Agencia Central de Inteligencia – y la DEA desde hoy miércoles 18 de febrero de 2025, tiene la orden de acabar con ellos.
Desde hace días, se ha señalado que aviones y drones de USA han sobrevolado el cielo de Sinaloa, Baja California y Sonora. La presidenta, ha minimizado esto. Y ha dicho que “No le tengo miedo a Trump, porque tengo el respaldo de mi pueblo”.
Su respuesta es patriotera y simple. Simplemente como Trump lo señaló “Hoy como nunca los carteles de la droga gobiernan México, y podemos ayudar a acabar con esos terroristas”
Con toda esta crisis que se ha despertado, la política de “Abrazos y No Balazos” de AMLO se ha derrumbado. Incluso la iglesia católica ha comentado que la idea de Trump ni es injerencista ni rompe la soberanía.
Hoy el tema merece un análisis jurídico y político. La raíz de todo, esta en que el gobierno de AMLO se equivocó en cómo resolver la presencia del narco en el territorio nacional.
Reproduzco este artículo escrito en octubre de 2019, a raíz de liberación del Hijo del Chapo Guzmán, por órdenes del propio AMLO. No se gobernó ni se pensó en eso que llaman la Razón de Estado, y hoy sufrimos las consecuencias.

I
Mucho se ha escrito sobre la decisión que tomó el gabinete de seguridad, en relación a la liberación del Hijo del Chapo Guzmán. Y también las mil justificaciones que el presidente ha argumentado: Ama la paz, y la vida por encima de todo.
En las redes sociales las opiniones se han polarizado, si se actuó bien o mal, correcta o incorrectamente. No voy hablar de esto, ni hacer una crónica. Voy ir más allá.
Estas líneas tienen un solo propósito. Explicar desde la Teoría del Estado, la existencia de eso que se denomina ‘La Razón de Estado’, que explica y justifica la actuación de todo gobernante para salvaguardar al territorio, a la población y al gobierno.
En política no existe espacio para la moral. Ese fue el gran acierto de Maquiavelo al escribir ‘El Príncipe’, y quien desde entonces se considera el padre de la Ciencia Política.
El juzgar si fue una mala o buena decisión haber liberado a dicho narcotraficante. Corresponda al ámbito de la gente común y corriente. No al Derecho ni a la Ciencia Política.
El análisis ante que la crítica, será la máxima que guíen esta breve exposición.
II
Para Herman Heller “Los fines del Estado son tres básicamente: I) La defensa del bien común, es decir salvaguardar el territorio nacional y sus riquezas y a los ciudadanos. 2) La impartición de justicia a través de normas jurídicas y tribunales. 3) La seguridad, la garantía permanente dada a todos los ciudadanos tanto de su persona como de sus bienes” (Teoría del Estado, Ed. FCE, 2000, p. 56).
¿Y quién tiene que garantizar estos fines? El jefe de Estado, el jefe de un Gobierno, en nuestro caso el Presidente de la República ¿A través de qué? De instituciones de seguridad pública que tengan la capacidad para utilizar en su momento requerido, la fuerza legítima para imponer o restablecer el orden y dar seguridad a la vida y a los bienes de los ciudadanos, así como proteger el libre tránsito por todo el territorio.
La Policía y el Ejército, así como los tribunales son los instrumentos a través de los cuales, el Estado debe cumplir con estos fines. Es bien sabido que los hombres no obedecen las normas y reglas establecidas de manera dócil. Thomas Hobbes en el ‘Leviatán’ (Ed. FCE, 2006) señaló que los individuos obedecen cuando la autoridad impone cierto temor. Quien no respete las leyes, puede perder su libertad. Para eso existe la ley.
“¿Por qué existe el Estado Como un poder coercitivo? La respuesta ha de enseñar al Individuo que existe el  elemento que Proporciona seguridad y paz” (José López Portillo, Teoría y Génesis del Estado, Ed. IEPES, 1980, p. 123). Así de simple.
Existen individuos que no les agrada ni soportan respetar las leyes, las violan y si al realizar actividades ilícitas obtienen dinero, pueden comprar y sobornar autoridades. Y comúnmente, es lo que hace el narcotráfico, así como asentarse en una porción del territorio, que considera su hábitat, si el Estado y sus instituciones no actúan pronto.
III
¿Qué ocurre cuando algún actor se ‘adueña’ de un territorio, que es común a los habitantes y es parte del Estado? Éste debe de actuar a través de sus instituciones, de manera que nadie éste por encima de esa responsabilidad histórica. El Territorio es del Estado, no de particulares, y más si se trata de un grupo delictivo.
El Maestro Jesús Reyes Heroles (1921 – 1985) fue un gran teórico de la Teoría del Estado y de la Razón de Estado, y señaló en lo referente al tema “La Razón de Estado es la máxima del obrar político, la ley motora del Estado. La razón de Estado dice al político lo que tiene que hacer, a fin de mantener al Estado sano y robusto” (En Busca de la Razón de Estado, Ed. Porrúa, 1981, p.34).
El gobernante tiene la responsabilidad histórica de salvaguardar vidas, garantizar la sana convivencia y proteger la propiedad, así como el libre tránsito dentro de su territorio. Y para ello, el político debe de tomar en cuenta la Razón de Estado.
“La Razón de Estado le otorgar al gobernante la capacidad y el derecho para apartarse de la ley o de la moral, con tal de garantizar las funciones del Estado” (Ibid. 45).
¿Por qué dentro de la Razón de Estado está permitido al gobernante actuar de esta manera? Responde Heller “El abandono de toda seguridad jurídica conduciría al aniquilamiento tanto del individuo como del Estado” (Ibid. p. 244).
Lo cual no está permitido, el buen gobernante tiene que actuar siempre mirando la sobrevivencia del Estado “Y a veces sucede que para proteger un interés jurídico elevado. El Estado da validez jurídica a actos ilegales” (ibid. p. 245).
El Estado es vida en forma y vida que da forma. Nadie está por encima de los fines del Estado. Quien los amenace debe de recibir todo el peso de la ley, y si aun así no entiende, le está permitido al jefe de Estado, actuar fuera de la ley, con tal de preservar las vidas, propiedad y el libre tránsito.
IV
Sin embargo, ¿Qué clase de gobernante, de hombre, de líder será capaz de tomar estas decisiones que han de salvaguardar al Estado? No cualquier tipo de hombre puede ni debe estar al frente de estas decisiones.
Dice Reyes Heroles “Se necesita ver al hombre en el poder para conocerlo. Existe un claro binomio: hombre – poder y poder – hombre, que a su vez produce un efecto, es decir el hombre sobre el poder y el poder sobre el hombre, con resultados lamentables para uno u otro. Si al hombre sólo se le conoce cuando ejerce el poder, al poder se le conoce, ejercido por el hombre”.
¿Cómo ha usado el poder el presidente de México? ¿Si el poder que ha utilizado ha sido en pro o contra del Estado, qué clase de hombre es?
La llamada 4º Transformación tiene como bandera acabar con la corrupción de los hombres, de los servidores públicos. No basta, ¿Y si las propias instituciones, los principios políticos, las ideas, el propio poder están también corrompidas?
¿Advierte Reyes Heroles “Con frecuencia para el hombre resulta más fácil comprender la desviación o corrupción del hombre por el poder, que la desviación o corrupción de las instituciones, ¿los principios, las ideas, el poder por el hombre?” (Ibid. 46).
¿Cómo interpretar el operativo fallido del Ejército, Guardia Nacional en contra del Hijo del Chapo Guzmán? ¿En verdad el presidente actuó como un jefe de Estado? ¿Es valido mezclar los sentimientos morales y la Razón de Estado? ¿Y si nuestras instituciones son las que están corrompidas, podridas y echadas a perder? ¿ Cómo interpretar que la captura del ‘Lunares’ en Tepito, lleva a ver cómo el Cartel de la Unión invitaba a fiestas a Jefes de Policía? Bastara con sólo despedir a esos malos elementos ¿Cómo se renuevan las instituciones? ¿Le alcanzara el tiempo a este Gobierno para acabar con la corrupción?
Hoy vivimos un gobierno que independientemente de nuestra adhesión o rechazo a él. No cree en los instrumentos académicos para planear y elaborar decisiones estratégicas.
De igual modo, esto es reflejo no sólo de la ausencia de un bagaje teórico que guíe las acciones y decisiones de los gobernantes. “La Ciencia Política y la teoría política viven una crisis: en parte motivada por el abandono en que ha quedado el estudio del Estado y su concepción” (Ibid. 50).

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