*El Alcalde Javier López Casarín y su esposa, Marisa Hernández, recorren los altares que realizaron los colaboradores de las direcciones generales de la administración local
Por. Gaby Hernández
Tradiciones como el Día de Muertos nos unen como mexicanos, nos permiten reforzar el sentido de pertenencia y nos ayudan a construir comunidad, indicó el Alcalde de Álvaro Obregón, Javier López Casarín.
Al encabezar la presentación de los altares temáticos que montaron cada una de las direcciones generales que integran la Administración 2024-2027, el titular de la demarcación destacó la labor que realizan los empleados de base.
“Actos como éste nos permiten recordar a nuestros difuntos y reconocer lo que han aportado a nuestras vidas. Nos hermanamos en un sentimiento de fiesta, honrando a las personas que ya no están.
“Quiero felicitarlos a todos ustedes por las ofrendas que realizaron con toda dedicación y cariño. Como lo señalé a los representantes de las secciones sindicales, estamos haciendo una revisión sobre sus condiciones de trabajo para dotarlos de las herramientas necesarias para desempeñar sus funciones de la mejor manera”, dijo López Casarín en el acto efectuado en el Salón de Usos Múltiples.
Asimismo, adelantó las felicitaciones por el Día del Trabajador Obregonense, que se instauró el día primero de noviembre a petición de la base trabajadora, como una forma de reconocer la dedicación y esfuerzo cotidiano a favor de las y los vecinos.
Por su parte, Marisa Hernández, esposa del Alcalde, agradeció a quienes participaron en el montaje, para hacer posible que las tradiciones sigan vivas.
“En Álvaro Obregón, la cultura es algo que nos define. Más allá de la tradición, la ofrenda nos recuerda lo que somos y lo importante de estar unidos como comunidad. No solo preservamos nuestras tradiciones sino también fortalecemos nuestra identidad”, aseguró.
Al acto se sumaron alumnos del Tecnológico Nacional de México, institución educativa que también colocó un altar de muertos.
Afuera de las instalaciones, productores de los pueblos originarios de Santa Rosa Xochiac y San Bartolo Ameyalco ofrecieron alimentos, artesanías y planta de ornato.