Por. Luis Román


(4º Parte y Ultima)



“Ahí radica la importancia del secreto.
La sociedad y sus distintas esferas reproducen zonas oscuras,
secretas desde donde se reproduce el poder”

I
La cárcel es un espacio donde se da un ajuste entre los que se libraron de ser aprendidos y los que tienen que repartir parte de lo robado. La cárcel no es un lugar donde se termine la extorsión de los agentes de policía que a diario someten a los delincuentes. Es el inicio de otra etapa.
La extorsión, el abuso, la humillación deben ser simuladas y silenciosas en la cárcel. La prisión no perdona a los “chivos” o “rajones”; la traición y el delato es severamente castigado. La cárcel impone sus reglas y normas.
“Ahí radica la importancia del secreto. La sociedad y sus distintas esferas reproducen zonas oscuras, secretas desde donde se reproduce el poder” (Ibid. 161).
El poder somete al preso, y sobre todo confina y castigo al cuerpo. La intimidad simplemente no existe ya, tampoco el pudor. Ni nada es secreto. Todos saben todo de los ahí recluidos.
El dinero es el señor que se impone, la filosofía del “Pesito” por parte de los custodias y presos. Los custodios piden dinero para el pase de lista, para recibir visita, para salir a los juzgados. La población responde a la capacidad monetaria para cumplir con el pago. Todo es dinero en la prisión. Quien tiene para pagar, no tendrá problemas, quien no lo tiene vivirá un infierno.
¿Readaptar? Es uno de los eternos mitos de la cárcel. Ahí nadie se regenera, todo se pudre.
Y si en la cárcel, la vida es insoportable para los varones; peor lo es para las mujeres. Ellas no existen. Nada peor que ver a una madre presa, donde su hijo nace, crece y se desarrolla entre los muros de la prisión.
El menor será un candidato idóneo para engrosar las filas de la delincuencia. La madre presa, tiene que convertirse en una leona para cuidar a su crio.
II
El libro de Payá es interesante, muy profundo, el vivió y convivió con las presas y presos de Santa Martha y en reclusorio Oriente. Fue profesor del taller de literatura, y desde allí pudo averiguar la vida carcelaria.
Han pasado algunos años de su investigación, pero aún así se mantiene vigente. Ojalá la distribución de este tipo de investigaciones universitarias se divulgue en librerías de mayor demanda.
En verdad el libro de Payá, deja grandes enseñanzas sobre el rol del delincuente e prisión y lo cruel de la cárcel.

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