(3º. Parte)


Luis Román

su viejo camino
ya no lo verá

I
8 – Nov – 24
9. 30 am

Había pensado que los malos años habían quedado atrás con la muerte de mi madre y más tarde con la de Enrique, mi hermano mayor. Me doy cuenta que la vida no tiene lógica. Juan se acaba de ir de este mundo, y se quedan en él, mucha gente que él conocía y que padece enfermedades graves, y siguen aquí. Y él, en menos de 22 días se ha extinguido.
Al escuchar a Francisco, hemos quedado en silencio, la frustración nos envolvió. Me ha dicho que tuvo que salr al trabajo y lo dejo aparentemente dormido. Llegó a relevarlo Yolanda y Juan simplemente ya no despertó. No se dio cuenta de su muerte.
¿Por que te has ido Juan?¿ Qué pasó?¡ No era para tanto¡…lloro en silencio, ¿ Cómo lo va a tomar Reyna?…Le marco a Elizabeth la novia de Juan.
Yo : Bueno ¿ Elizabeth?
Elizabeth : Buen día
Yo: Señora…Juan paso ayer una noche serena
Elizabeth : ¡ Que bien! ¡Gracias a Dios!
Yo: Pero…hay que ser fuertes…Juan ya no despertó…Juan se nos fue señora
Elizabeth: Ay No…( llanto).
Las palabras son inútiles en estos momentos. El llanto de ambos por la partida de este mundo nos une.
Le digo que la mantendré informada del lugar del velorio. En este momento se esta tramitando con el hospital el acta defunción y la funeraria.
No sé porque, se me ocurre poner en mi estado de Whap un moño negro de luto. Y una foto de Juan, mi hermano Néstor me marca
Néstor: ¿Qué pasó hermano?¿ Por qué ese moño negro?
Yo: ¿No te ha dicho nada Paco?…Juan se fue…murió..
De nuevo el silencio.
10 am
Tomo café y un pan, mi mente es un remolino de recuerdos sobre Juan. No entiendo ni comprendo lo que acaba de pasar. Me he paralizado. Me ocurre lo mismo de hace años cuando murió en mis brazos mi hijo.
Reyna ya vio mi perfil y me manda mensaje
Reyna: ¿ Qué le pasó a mi tío Juan?
Yo: Murió hija
Reyna: Ya esta con Dios.
Decido ir por ella a la secundaria. Tomó taxi, hablo con la orientadora, llaman a Reyna, y llora, llora con dolor, con decepción de la vida. ¡ Pinche vida! Nos traicionó, nos engaño. Juan no pudo derrotar a la muerte.

11 am
Me piden mis hermanos que busque el INE y acta de nacimiento de Juan. Entró a su recamara. Nada ha sido movido desde que se fue al hospital. Esta tal y como él dejo su recamara. Sólo entro para sacar y meter las jaulas de los loros y darle croquetas a Selene – su gata siamés –
Su viejo radio despertador, ha dejado de funcionar después de 15 o 20 años. Misteriosamente hoy se ha apagado, igual que la vida de Juan. Da dolor y rabia ver sus documentos, sus periódicos, sus notas y dibujos. Se ha ido, y ha dejado todo: sus mascotas, su bicicleta, todo se ha quedado y hoy esas cosas lo esperan.
Mientras busco documentos, de mis ojos brotan lágrimas. Juan fue un buen hombre, amigo de todos y siempre alegre. Siempre con su música y su bicicleta. Regando notas musicales.
Les mando por Whap fotos del INE y del acta de nacimiento de Juan. La funeraria pasara en un rato por el cuerpo de Juan y a eso de las 7.30 PM ya estará en la funeraria.
14 pm
Me piden mis hermanos que prepare la ropa que Juan vestirá esta última vez. Él siempre fue elegante cuando era profesor activo. Saco, pantalón de vestir, camisa de manga larga y loción. Era un conocedor de aromas de lociones.
Cada mes le regalaba a Reyna un perfume. Nunca escatimo en sus lociones. Busco su ropa: camisa roja, jean, saco, ropa interior.
¿Qué te decía Juan? ¿ Quería ser enterrado o incinerado? Me pregunta Jorge. A Juan le daba miedo estar solo y en silencio, quería ser incinerado.
15.30 pm
Llegan Gloria, Jorge y Francisco. No lo pueden creer. El tema es ¿Dónde quedo el dinero de Juan? Nunca me decía nada de su pensión. Algunas veces cuando veía que agarraba días bebiendo si le llegaba a decir
Yo: Es tu dinero hermano, pero ¿Por que esa fuerza de destrucción?
Juan se molestaba y lo mejor era quedarse callado. Siempre lo quise y se lo exprese
“¡Nunca voy a pelear contigo, eres mi hermano…Mejor dame un abrazo!”
Y me abrazaba.
8.30 pm
Jorge se quedó toda la tarde en casa. Y nos avisan que ya llegó el cuerpo de Juan. Ya le informe a su novia donde queda la funeraria.
Desearía no ir, no acepto que la muerte lo haya derrotado. No lo comprendo. Pero tengo que ir,
Ahí esta su novia, no la conozco, pero sé que ya llegó. Hizo feliz a mi hermano, a su manera, y eso ya es para mi, un requisito para darle las gracias. Es una mujer sencilla, humilde.
Se presenta y me dice
Elizabeth: Gracias señor, si usted no me hubiera avisado, yo jamás me habría enterado de la muerte de Juan…De hecho no sé ni supo donde vivía él.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *