Enoc: El Viajero de Dios a Otros Mundos.
( 1º Parte)
– Luis Román –


Por la fe Enoc fue trasladado para no ver la muerte
y no fue hallado porque Dios lo trasladó.
Hebreos 11.5



I

La iglesia católica, así como los sabios judíos al ponerse de acuerdo sobre el orden de la Biblia, excluyeron muchos libros que hoy parecen claves para entender un poco más las historias del libro sagrado.
Esto ocurrió con el llamado “Libro de Enoc”; donde se narra los viajes que hizo Enoc para conocer los cielos y planetas que Dios creó aparte del nuestro. Existen versiones del libro de Enoc y en la propia Biblia se menciona de manera reiterativa.
Enoc el viajero de Dios, Enoc el hombre que conoció otros mundos creados por Dios. Se sabe que el libro fue hallado en Rusia unas páginas y otras en Servia, por el año 1200 D.C. Estaba escrito en griego y se deduce que fue escrito en Egipto. Una joya bibliográfica sin duda alguna.
Enoc nació en Babilonia aproximadamente en el año 3,139 antes de cristo y murió en el año 2,774 después de Jesús. Sus padres fueron Jared y Baraka, sus hijos fueron el longevo Matusalén y Bakal.
Se le menciona en tres libros de la Biblia. En el Génesis se lee “Vivió Enoc 65 año y engendró a Matusalén y camino Enoc con Dios y desapareció porque le llevó Dios a otros cielos y mundos” (Santa Biblia RV, Génesis 5.21).
¿Dios se lo llevó? Es decir, Enoc nunca murió, Dios quiso que fuera su acompañante por el universo, para conocer otros cielos y mundos. En esto, radica el misterio tan atractivo del libro de Enoc.

En el libro de ‘hebreos’ se lee “Por la fe Enoc fue trasladado para no ver la muerte y no fue hallado porque Dios lo trasladó” (Santa Biblia RV, hebreos 11.5)
En el libro de Judas se lee “Enoc dijo, vino el señor con sus santos para hacer juicio contra todos y dejar convictos a todos los impíos” (Santa Biblia RV, Judas 14 – 15).
El caso de Enoc es único en las sagradas escrituras. La historia del mortal que motiva a Dios a que lo lleve a otros mundos que él ha creado. Y la descripción de esos seres que habitan los otros cielos creados por Dios.

II
Dios resolvió mostrarle a Enoc las supremas moradas que existen más allá de las estrellas, para que fuera testigo fiel de su grandeza y sabiduría.
Estando en su casa humilde, aparecieron dos hombres altos, sus caras eran relucientes como el sol, sus ojos eran luz llamante y sus alas de oro. “Me dijeron, no temas Enoc, Dios eterno nos envía por ti, ascenderás hoy al cielo con nosotros” (El Libro de Enoc, Ed. Bienes, Caracas, 1992, p.11).
Así, Enoc reúne a su familia y les avisa que irá con Dios, que no lo busquen ni lo den por muerto, si su ausencia dura semanas o meses.
“Y les dije, no piensen en buscarme, hasta que el señor me devuelva con ustedes” (Ibíd. p. 14).
Enoc un simple mortal fue el viajero de Dios. Los ángeles lo llevaron al primer cielo y le mostraron otros 200 ángeles, que gobiernan las estrellas. Esos mismos ángeles lo condujeron al 2º cielo y le mostraron una oscuridad impenetrable a los ojos de cualquier mortal. Ahí moraban “Los apostatas de Dios”. Eran sombras tan oscuras que no se podían distinguir entre la eterna noche del universo.

III
Más tarde los ángeles de Dios lo llevaron por las constelaciones y cielos del universo al 3º cielo. Ahí a diferencia del anterior “Todo era dulzura, era un bosque frondoso y allí estaba el árbol de la vida, en el cual Dios descansa cuando va al paraíso” (Ibíd. P.15)
Dios al expulsar a Adán y Eva del paraíso no lo destruyó, lo conservó como un lugar de recreo. “Y de dos fuentes brotaban miel y leche, de otras vino y aceite. Todo esto era el Edén” (Ibíd. p.15)
Sin embargo, del otro lado del jardín del edén había un lugar lúgubre, sombrío, oscuro, donde dormía la escarcha, el hielo y el escalofrío. “A este lugar llegaban quienes habían deshonrado a Dios y practicaban el pecado contra la naturaleza, que es la corrupción contra los niños” (Ibíd. p. 20)
En este tercer cielo están los sodomitas, los brujos, los asesinos y los violadores. Lugar de herencia eterna. Seguramente Dante y Milton alguna vez leyeron este libro para inspirarlos en “La Comedia” y “El Paraíso Perdido”.
Una vez que fue testigo de esto, Enoc fue llevado al 4º cielo esta vez, sus acompañantes, los ángeles Phoenixes y Chalkydri “Con pies y cola de león y cabeza de cocodrilo me acompañaron” (Ibíd. 25).
Ahí “Me llevaron al este y me dejaron en las puertas del sol” ( ibíd..p.25).
Como vemos la narración de Enoc, está más allá de un libro bíblico, es un texto de ciencia ficción o de terror. El Libro de Enoc desde hace siglos ha despertado curiosidad y estudio.

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