Rostros del Mal: Adolfo Hitler.

Por. Luis Román


“! Ustedes se equivocan, si creen que
¡Voy a abandonar Berlín!
¡Prefiero pegarme un tiro
¡En la cabeza…!
Adolfo Hitler
I
Siglos han pasado y la pregunta sigue en el aire ¿El ser humano es malo, perverso, y está inclinado a destruir al otro? Estamos saliendo de un pasaje histórico y sanitario cruel. Parece que la pandemia de Covid se ha ido. Sin embargo, uno de sus estragos fatales ha sido la violencia.
El confinamiento terminó por convertir al ser humano en lo que fue y ha sido: un animal social.
No en balde el número de feminicidios en México, no han disminuido. Basta echar un vistazo a las páginas de diarios de nota roja, para ver el grado de violencia que hoy existe en nuestro país.
Editorial Salvat – que se había ido de México – ha publicado la colección “Rostros del Mal” (2022) donde se da un perfil psicológico de los hombres y mujeres que han actuado a lo largo de la historia para destruir.
El primer tomo de presentación está dedicado a Adolfo Hitler: El Odio Exterminador. Pero se hablará de Vald Drácula, Pablo Escobar, Calígula, Charles Manson, Robespierre, César Borgia, Nerón, Stalin, José Mengele entre otros.
Dicha colección fue editada originalmente en Madrid, y hoy llega a nuestro país. El tema va más allá de la simple biografía o descripción de la maldad humana.
El tema es el hombre y el poder, ¿qué orilla a un hombre o mujer que ha adquirido poder a utilizarlo para destruir? ¿Y lo más asombroso, porqué los otros lo siguen ciegamente?
El tema en verdad es objeto de estudio lo mismo de la Ciencia Política, la psicología, la psicología o la sociología.
II
El libro “Adolfo Hitler: El Odio Exterminador” (2022), es realmente una increíble síntesis del ascenso, desarrollo y ocaso de ese hombre que siendo un niño callado. Y a veces a disgusto con su madre por haberse casado con otro hombre, debido a la muerte de su padre. Se aleja de la escuela, no pasa más allá de la escuela secundaria.
A veces se dedica a vagar, a pintar y se enrola en el ejército alemán en la primera guerra mundial (1914 – 1918). Herido y condecorado. El joven cabo, mira con resentimiento cómo Inglaterra y Francia han humillado a su país, a través del tratado de Versalles que impone a Alemania indemnizar a los países que agredió, desaparecer su ejército. Lo cual lo sume en una severa crisis económica.
Así, en ese escenario, se afilia al Partido Obrero Alemán Nacional Socialista. No es su fundador, pero en corto tiempo se hace de liderazgo, por ese peculiar estilo de retórica que tiene,
Su voz, sus ademanes, el contenido de sus discursos, despiertan no sólo admiración. Sino simpatizantes y odio…mucho odio entre los millones de alemanes desempleados que están derrotados y sin aspiración alguna de una mejor vida.
Hitler encuentra un enemigo ideal: a los judíos, los acusa de traidores. Ellos no fueron a la guerra y en cambio se beneficiaron con la venta de armas. Son ellos un lastre para Alemania.
Siendo un pueblo culto de pronto Alemania se ve seducida por este hombre que organiza no sólo un ejército de más de 1 millón de hombres, sino crea una doctrina racial que presume la superioridad de la raza aria, por sobre otras.
Para ello, requiere de todo un discurso político y doctrinario. La radio y el cine están dando sus primeros pasos. Y los va aprovechar a través de su ministro de propaganda José Goebbels, quien, pese al racismo del su jefe, él mismo padecía una discapacidad en la pierna derecha, que le impedía caminar erguidamente.
Goebbels será el genio de la doctrina nazi; uniformará al ejército, a los temibles SS de Heydrich. Perfeccionara la retórica de Hitler y sus discursos. Con muy pocos recursos tecnológicos. La propaganda del nazismo penetro en la mente de millones de alemanes.
Goebbels fue uno de los ideólogos de la noche de los cristales rotos, donde la SS destruyó los aparadores de librerías de los judíos y se quemaron millones de libros de autores judíos.
Escribe en su diario “¡Qué hermoso fuego! Esta noche las llamas han devorado los libros inaceptables y tóxicos para el espíritu alemán. 20 mil libros han sido pasto de fuego renovador!” (Ibíd. Pág. 57).
Un gobierno que empieza con la intolerancia y el autoritarismo, ve como una amenaza la inteligencia. ¡Y quema libros “! En todo el país han ardido en las hogueras miles de libros de Benjamín, Marx, Freud, Einstein…su lenguaje es repugnante, no volverá a infectar al mundo” (Ibídem).
III
Goebbels supo sobrevivir a los hombres más crueles del III Reich: Himmler, Heydrich, Gorieg y al propio Hitler. Ideó toda una estrategia de comunicación política que aún hoy funciona: Un gobierno que se cree mesiánico, ‘Distinto a los otros’ siempre tendrá enemigos, y si no funciona; es debido a que existe complot, enemigos.
“Hay algo que se llama oportunidad, saber cuándo es el momento adecuado para cada cosa” (Ibídem) era la máxima de la estrategia de comunicación del alemán.
El Hitler que se pinta en el libro, es un ser obsesionado, frío, y calculador, narcisista y quien desde siempre preveía la muerte como su destino, en caso de conocer la derrota.
Una de las voces especializadas en psiquiatría que se expresa y se cita en el libro. Comenta “Hitler sólo hubiera podido enfrentar la destrucción de su sagrada misión con el suicidio. No hubiera podido soportar ser apresado y juzgado en un tribunal. Y no lo fue” (Ibíd. Pág. 124)
Hitler no se dispara un tiro en la cabeza, tomara una capsula de cianuro. La primera versión es la más aceptada, sin embargo, la autopsia realizada al cadáver de Hitler descarta esta versión.
“El Fuhrer días antes había estado repartiendo cápsulas de cianuro entre sus más cercanos colaboradores. Su cadáver no presentaba disparo alguno” (Besymensky, Lew. La Muerte de Hitler, Ed. Caralat, Barcelona, 1970, p. 34).
Los cadáveres de Goebbels, su esposa y sus hijos fueron encontrados en el mismo Búnker donde se escondía Hitler, no presentaron disparo alguno. Habían ingerido cianuro.
Hitler destruyo y se destruyó, no amaba la vida – Erich Fromm, El Corazón del Hombre, Ed. FCE, 1988 – lo que lo guiaba era el odio.

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